Después de esta primera respuesta nos preguntamos ¿Existe una identidad peruana? Para la realidad tan compleja -heterogénea, diversa y dinámica- de Perú resulta difícil tener una visión global que abarque la totalidad; y mas bien convendría una visión sintética, como reunión de todas las partes de un conjunto que interactúan entre sí, para el caso peruano de un modo no tan armónico u ordenado, y que estas relaciones no cumplan un determinado objeto o finalidad. Los elementos de esta nueva visión provendrían desde los espacios más pequeños, como el pueblito o villorrio, hasta regiones y alianzas internacionales; los tiempos de larga, mediana y corta duración; los hombres y su hábitat, la sociedad, el Estado, la Constitución, el Gobierno, las instituciones, las leyes y normas, el territorio, la ciencia y tecnología, etc.
Como apreciaran aún es difícil ensayar una respuesta si no nos preguntamos antes: ¿Qué fuimos como nación? Y aquí surge un gran debate, al que el historiador Paulo Drinot sindica como la esquizofrenia que caracteriza la conciencia histórica peruana -“el área en que la memoria colectiva, la escritura de la historia, y otras maneras de idear imágenes del pasado en la mente pública convergen”[1]-, producto de que la mayoría de peruanos se ve expuesta a varias meta narrativas históricas siempre contradictorias y algo simplistas, una de estas como la que suscita nuestra imagen: nativista/hispanista; que tienen poco que ver con la historiografía que hoy en día producen historiadores tanto peruanos como extranjeros.
Nuestro autor se pregunta: ¿Existe una “identidad historiográfica peruana”? Y sugiere como respuesta que recién algo semejante a una identidad historiográfica está germinando. Señala que en las últimas décadas los historiadores han empezado a reescribir la historia peruana y a producir una versión del pasado que, al superar las antiguas versiones maniqueas que tendían a interpretar la realidad sobre la base de una visión dicotómica y excluyente, está proporcionando uno de los elementos claves para la construcción de una conciencia colectiva más justa e incluyente.
La nueva meta narrativa produciría una conciencia histórica que reconozca la heterogeneidad y diversidad que caracteriza al Perú; que ayude a los peruanos a interactuar con su pasado de una manera más creativa, sin dejar de tomar en cuenta las fuerzas convergentes y divergentes que han moldeado y siguen moldeando a la nación peruana. Está por verse si esta meta narrativa producirá un Perú mejor, más justo, equitativo, y próspero; y del que todos los peruanos nos sintamos identificados.
[1] DRINOT, Paulo. Historiografía, Identidad Historiográfica y Conciencia. Histórica en el Perú Este ensayo se publicó originalmente, en inglés, en la revista Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe 15:1 (2004), pp. 65-88.