4.8.08

Comentarios a las comparaciones entre el Perú y México

Hace un par de semanas posteamos la primera parte de unas notas sobre el estado de las lenguas nativas en el Perú y México durante la época colonial., animados por un interesante post del Dr. Felipe Castro Gutiérrez. Hemos recibido y publicamos la réplica del Dr. Castro a nuestras comparaciones.


José Luis Igue tiene mucha razón en señalar la pertinencia e interés de las comparaciones entre México y Perú, sobre todo para la época colonial (en la cual había frecuentes vínculos y relaciones que, hasta donde me consta, aun quedan por estudiarse). Las comparaciones siempre resultan tentadoras, y creo recordar que algunas veces he incurrido en ellas. Sus resultados en la investigación histórica son, sin embargo, ambiguos. Ocurre que, a diferencia de los biólogos, no podemos aislar artificialmente las variables estudiadas, y en contraste con los sociólogos, nos resulta difícil reducir la realidad a elementos cuantificables. Las variables en historia son demasiado complejas, y en todo caso nuestro asunto siempre es lo peculiar y específico. Cada situación, cada momento histórico, es por definición único e irrepetible.

Pero si la comparación como método es de utilidad incierta, resulta mucho más valiosa cuando la utilizamos como provocación cognoscitiva. Pienso sobre todo en el descubrimiento de lo excepcional en lo que creíamos rutinario (por ejemplo, en otros tiempos resultaba extrañísimo para los mexicanos que viajaban al extranjero descubrir que había países donde se criticaba abiertamente al presidente). Y, también, en lo paradójico: hay procesos históricos paralelos que tienen resultados que, en primera instancia, parecen ir en contra lo esperado. Como señala muy bien el artículo de Igue, a pesar de que en Perú no ocurrió un desarrollo culterano de las lenguas nativas comparable al de México, el quechua y el aymará siguieron siendo lenguas cotidianas no sólo de los indígenas sino de otros sectores sociales. El asunto, ciertamente, da para pensar que el desarrollo de una literatura culta no siempre va de la mano con el arraigo popular de un idioma. Habrá que seguir cambiando notas y reflexionando sobre el tema.

1 comentario:

Invitad@ dijo...

Felipe, no sabes el gusto que me ha dado leer tus comentarios. Estoy totalmente de acuerdo con lo que señalas, sobre todo ahora que curso una maestría en ciencas políticas. Desde dentro del monstruo te puedo decir que a pesar de lo complejo que pueda resultar la manera como manejamos nuestras variables los historiadores (como en red) se ajustan mejor a entender los procesos históricos, dentro siempre de lo posible y del marco de toda interpretación

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