30.4.08

¿Nacionalismos de Izquierda en América Latina? II Parte

Por Nayib

Los estudiosos Whitaker y Jordan han distinguido cinco categorías descriptivas del nacionalismo según los grupos sociales que articulan cada una de ellas: 1) el nacionalismo rural tradicional, una especie de nacionalismo nostálgico que se opone a la influencia cultural externa y mientras más lejana peor; 2) el nacionalismo de la vieja burguesía defendido por la clase media tradicional y vinculada al liberalismo político y económico; 3) el nacionalismo neoburgues de las nuevas clases medias que constituyen la burguesía nacional, el cual se manifiesta como nacionalismo económico acentuando el papel del capital y de la empresa privada, pero oponiéndose a la inversión extranjera; 4) el nacionalismo populista, vinculado con las concepciones social revolucionarias; y finalmente, 5) el nacionalismo nasserista (Velasquista), también relacionado con concepciones social revolucionarias pero sostenido principalmente por los militares.

Kalman H. Silvert propone tres categorías funcionales para caracterizar el nacionalismo: 1) nacionalismo como patriotismo, 2) el nacionalismo como valor social que determina la lealtad del ciudadano con el Estado; y, 3) el nacionalismo como ideología, que instrumentaliza los símbolos y las metas nacionales convirtiéndolos en acción política para el enaltecimiento de la nación.

Hasta acá hemos utilizado los términos nación y nacionalismo de manera indistinta y sin embargo tienen diferentes definiciones. Una buena disquisición nos la proporciona el historiador Luis Millones: Nación implica comunidad de cultura, conciencia de pertenencia, proyecto común y relación con un territorio, entidad con la que se identifican espontáneamente un conjunto de personas con el Estado - definido como el poder político y administrativo unificado, soberano, sobre un territorio limitado, que se reserva en para sí el monopolio de la violencia legítima-; esta identificación del Estado con la nación es una invención moderna, que conllevó a la unificación de semejantes, a la comunidad imaginada[1], en el Estado Nación soberano, mediante el estatus de ciudadanía reconocido por un contrato social producto de la voluntad general, que establecía igualdad de derechos y deberes. Ahora bien, por nacionalismo entiende a la ideología que sustenta las siguientes proposiciones: 1) Nación y Estado deben coincidir, 2) el Estado Nación es soberano y no admite ni comparte ningún poder ajeno a él y 3) el Estado-nación es una unidad colectiva que realiza valores superiores comunes a todos sus miembros[2].

Hans Konh hace un juicio de valor al otorgar la cualidad positiva al nacionalismo cívico territorial occidental, y negativa al nacionalismo étnico cultural oriental; soslayando la importancia que tuvo para occidente cierta unidad étnica y cultural para el desarrollo del nacionalismo que él valora como positivo. Aplicando la lógica Si para H el nacionalismo étnico cultural es negativo y Europa fundamenta su porvenir en este tipo de nacionalismo entonces la inferencia es contradictoria.

El sociólogo hindú Partha Chatterjee desarrolla una interpretación del nacionalismo desde el enfoque del origen colonial de carácter occidental. Nuestros países latinoamericanos y caribeños hemos construido el carácter nacional de un modo diferente a las metrópolis, mientras en occidente el nacionalismo fue formado apelando a categorías propias del desarrollo occidental, en América esto ocurrió refiriéndose a la diferencia, es decir en base a la tradición, o particularidad, del pasado histórico. Conceptos universales como ciudadanía, democracia o sociedad civil no tuvieron referentes autóctonos y por eso produce un desencuentro muy fuerte. ¿Qué contenidos llenan el concepto de nación para latitudes como la India, África, Asia y América colonizadas? Sin duda son más heterogéneos que las categorías impuestas por occidente y desde un criterio universal. Además, plantea que en nuestras latitudes la llamada sociedad civil, no es tal debido a la exclusión de las mayorías en el ejercicio de los derechos ciudadanos y que, por lo tanto se está dando el fenómeno de sociedad política, porque los más ahora exigen, mediante el reclamo, y quizá de modo fragmentado, más participación en el poder, la economía, la educación, el trabajo, etc.

[1] La nación es una comunidad política imaginada como inherentemente limitada. Es imaginada porque los miembros de la nación aun la más pequeña no conocerán a la mayoría de sus compatriotas, limitada porque ninguna se imagina con las dimensiones de la humanidad, y son soberanas porque surgió en la época en la que la revolución y la ilustración acababan con la legitimidad monárquica y la jerarquía. Benedict Anderson. Comunidades Imaginadas. FCE. México, 1991.
[2] Luis Millones. Estado Plural, pluralidad de culturas. (México: Paidos, 1998), 13-62.

25.4.08

¿Una democracia excepcional? La evolución de una cultura de emergencia en la historia reciente del Perú

Por: Claire Wright

La declaración de un estado de emergencia en ocho provincias costeras, a mediados de febrero, representa un ladrillo más en la construcción de una cultura de emergencia en el país. Tanto la CVR como las Naciones Unidas han criticado a los gobiernos democráticos del Perú por su uso excesivo de los estados de excepción[1]. Sin embargo, hoy en día el debate sobre esta tendencia brilla por su ausencia. Es fundamental tener claro que, de acuerdo con su diseño constitucional, un estado de excepción se puede declarar sólo en coyunturas que representan “una amenaza excepcional” para la vida de la nación, y no como medida represiva frente a movilizaciones sociales, aunque se vuelvan violentas. En otras palabras, el estado de emergencia en principio nunca debería llegar a ser un estado normal. En principio.

Entonces, en vez de aceptar el uso reiterado y excesivo del mecanismo de excepción, cabe enfrentarse a ello y preguntarse, ¿cómo se ha desarrollado una cultura de emergencia en Perú y cuáles son sus consecuencias?

Al estudiar los antecedentes históricos del estado de emergencia en el país, dos observaciones se destacan. La primera es que, aunque a partir de 1933 se ha incluido el mecanismo en la constitución, no ha hecho falta la declaración de un “estado de emergencia” para que los ciudadanos vean tanto garantías como derechos suspendidos, ya que las leyes y decretos especiales han producido el mismo efecto. Segundo, que los regímenes militares mostraron una tendencia a usar el estado de excepción a lo largo del siglo XX pero también fue empleado por regímenes democráticos antes de 1980.

Entonces, al llegar a la transición a la democracia en 1978, ya había una tendencia histórica en el país hacia el uso de medidas de excepción. De hecho, en los años de la transición entre 1978 y 1979, se dictó el estado de emergencia en 6 ocasiones[2], para poner fin a paros y huelgas de diferentes sindicatos. Como indica la CVR: “[la] suspensión de garantías individuales y declaración de estado de emergencia… marcan [una] incongruencia con [el] proceso [de] transferencia [de] poder a los civiles.”[3]

En Perú, la posibilidad de suspender las garantías ciudadanas se incluyó en varias constituciones tempranas (1823, 1826, 1828, 1834, 1839, 1856, 1860 y 1867)[4]. Sin embargo, fue la constitución de 1933, vigente hasta el 28 de julio de 1980, la que resulta la referencia más cercana con la institución de “suspensión de garantías constitucionales” en su artículo 70. En ese momento el “estado de emergencia” como término no existía como tal, hasta que en 1972, la represión de un fuerte movimiento estudiantil en Puno se clasificó así[5].

Como norma general, la presencia de mecanismos de Excepción extensos y poco claros en el constitucionalismo de la tercera ola de democracia en América Latina tiene que ver con la influencia de los militares en el momento de la transición. El caso peruano confirma esta tendencia. De ahí las medidas excepcionales incluidas en la constitución, la posibilidad de la delegación de facultades a las FFAA, y la ampliación de la duración del estado de emergencia a 60 en vez de 30 días.[6]

Cabe resaltar que tras varias reformas constitucionales y la nueva constitución de 1993, el artículo que regula los estados de excepción en Perú ha cambiado poco pero en un punto clave: la vigencia de las garantías. Ahora, de acuerdo con la Constitución de 1993, son los derechos y no las garantías que se suspenden durante el estado de emergencia o de sitio, (Artículo 137) y se mantiene la vigencia del amparo y habeas corpus (Artículo 200). Éste último aspecto resulta clave en el caso de los Estados de Emergencia en dos circunstancias: primero, para proteger a los derechos que no quedan suspendidos por la declaratoria y segundo, para determinar en el caso de los derechos que sí se pueden suspender, si hay una conexión lógica entre el individuo sindicado y las circunstancias que llevaron a la declaratoria del estado de emergencia[7]. Es una pena que pocos gobernantes, abogados y funcionarios se hayan dado cuenta de este cambio.

A pesar de este logro “formal”, en la práctica el mecanismo sigue siendo amplio, sin especificar exactamente qué medidas se pueden usar, lo cual provoca un alto grado de impunidad para los gobernantes y funcionarios implicados en su aplicación. Además, el mecanismo constitucional prevé un rol importante para las Fuerzas Armadas pero no dice nada en cuanto a lo que puede ocurrir en medio de todo esto….

Lo preocupante en el caso peruano es que, después de un uso amplio del mecanismo constitucional durante los años de la violencia política, no se haya visto ningún cambio o tendencia a evitar esta medida represiva. Entre junio 2002 y abril 2007 se declararon 8 estados de emergencia por motivos de violencia o desorden público, varios de los cuales se prorrogaron varias veces. Además, en algunas provincias de Ayacucho, Huancavelica, Cusco y Junín existe un estado de emergencia desde el 28 de mayo del 2003 hasta hoy en día, lo cual – sobre el papel por lo menos – es la misma situación que vivió la sierra central durante los ochenta y noventa. Como explica García Sayán, el uso repetido del estado de emergencia en los años ochenta sustituyó al Estado de derecho por “una suerte de régimen de facto que ocupaba un espacio que el propio régimen constitucional le cedió”.[8] Sin duda, lo mismo ha pasado en las provincias mencionadas arriba en la primera década del presente siglo.

Entonces, ¿dónde está el debate? Declarar un estado de emergencia no es inevitable, depende de una práctica establecida por los gobernantes y de una pasividad por parte de los ciudadanos; o lo que se puede llamar “una cultura de emergencia”. Sólo hace falta mirar un poco más allá de las fronteras para encontrar un ejemplo en que el rechazo por parte del pueblo ha enterrado esta “cultura”. En Bolivia, el “Estado de Sitio” (el equivalente del Estado de Emergencia) es un mecanismo tan desprestigiado en los ojos del pueblo – después de su uso excesivo durante las dos primeras décadas del régimen democrático - que ahora ningún político se atreve a usarlo. Ojalá pronto pase lo mismo en el Perú.


[1] Naciones Unidas (2006): CAT/C/PER/CO/4 “Conclusions and recommendations of the committee against torture: Peru.” [ref. de 11 de junio, 2007] www.un.org
[2] Mayo y agosto 1978, enero, marzo, junio, agosto 1979
[3] Comisión de la Verdad y Reconciliación: “Cronología 1978-2000” en Comisión de la Verdad y Reconciliación: Informe Final, 28 de agosto del 2003, [ref. de 11 de junio, 2007] www.cverdad.org.pe, p.24
[4] Gargarella, Roberto (2005) Los fundamentos legales de la desigualdad. El constitucionalismo en America (1776-1860). Siglo XXI, Madrid. P.132
[5] García Sayán, Diego (1987) “Perú: estados de excepción y régimen jurídico” en Síntesis 3. p.280
[6] García Sayán, 1987: 280-282
[7] Dado que al nivel nacional no ha habido ningún debate importante, la presión para modificar el mecanismo constitucional vino desde la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
[8] García Sayán 1987: 286

23.4.08

¿Nacionalismos de Izquierda en América Latina? I Parte

Por Nayib

El nacionalismo es un sentimiento de arraigo a un territorio y comunidad humana, de identidad con la gente que habita en él, su quehacer material, cultural y espiritual; de compartir tristezas, fracasos, logros y alegrías, y aún cuando no se logre conocer a todos los miembros de esta gran comunidad crees compartir las mismas querencias. En Occidente, desde un principio, se fueron acuñando una serie de valores compartidos a través de una historia más o menos común y los estados nación surgieron ofreciendo ciudadanía, igualdad ante la ley y participación en la toma de decisiones políticas que le atañe a esta sociedad civil. Por esto, en los países del primer mundo, occidentales, el nacionalismo es algo natural y sano, y sólo despierta preocupación cuando inspira doctrinas o ideologías totalitarias y dañinas, o fanatismos xenófobos o de destinos manifiestos.

En latitudes colonizadas por el hombre occidental, los grupos que emprendieron las luchas por la liberación e independencia de los pueblos afincados en los territorios de América, África y Asia, una vez acometida tamaña empresa y sentenciada por sangrientas guerras o épicas resistencias pacíficas, fundan los nóveles estados nación. Y aquí surge la primera encrucijada ¿qué nación? funda este nuevo estado de cosas; ¿La original con su propia cosmovisión del mundo, creencias, cultura y raza; o la recientemente instaurada a fuerza de espada, derecho internacional occidental y religión?

En la mayoría de los nuevos estados se aplicó una definición ecléctica; escogiendo alguna parte, normalmente menor, del carácter de la proto nación, atávica; y la otra, que respetó la estructura política, social, económica; y mantuvo el carácter cultural occidental; en otras palabras, el estatus de los descendientes del colonizador.

Hablar de nacionalismo, hace poco tiempo atrás, era referirnos a un valor reconocido como positivo para el fortalecimiento y desarrollo de la identidad del estado nación; sin embargo, los fuertes vientos de la globalización relativizan este sentimiento de arraigo e invitan a los pueblos a constituirse en ciudadanos de un mundo en proceso de homogenización. Entonces, ser nacionalista resulta hoy poco moderno y hasta anacrónico. Existen grupos sociales que no concuerdan con esta visión, hasta cierto punto utópico, de la aldea global, y se adhieren a un pensamiento anti sistema, pretendiendo construir un andamio ideológico basado en el nacionalismo con tendencias reformistas y, en no pocos casos, empleando la violencia.

Según el Diccionario de la Lengua Española el nacionalismo es la ideología que atribuye entidad propia y diferenciada a un territorio y a sus ciudadanos, y en la que se fundan aspiraciones políticas muy diversas. Max Weber refiere que la nación es un concepto que, si se considera unívoco, no puede nunca ser definido de acuerdo con las cualidades empíricas que le son atribuidas. Quienes lo utilizan le dan, por lo pronto, el siguiente significado indudable: la posesión por ciertos grupos humanos de un sentimiento específico de solidaridad frente a otros. Concepto que pertenece a la esfera estimativa. Sin embargo no hay acuerdo ni sobre la forma en que han de delimitarse tales grupos ni acerca de la acción comunitaria resultante de la mencionada solidaridad.[1] Siempre el concepto de nación nos refiere al poder político y lo nacional es un tipo especial de pathos que en un grupo humano unido por una comunidad de lenguaje, de religión, de costumbres o de destino, se vincula a la idea de una organización política propia, ya existente o a la que aspira y cuanto más se carga el acento sobre la idea de poder, tanto más específico resulta ese sentimiento patético.

Ahora desarrollaremos un análisis más detallado sobre el nacionalismo. El cientista político Hans Kohn[2] acuñó el concepto del tipo de nacionalismo cívico/territorial occidental, caracterizándolo como continente de los principios de revaloración de la democracia participativa, los derechos del hombre y el ciudadano, la igualdad ante la ley con los mismos deberes y derechos, del humanismo y la constante búsqueda del bienestar general[3]. Aún cuando utópico y positivo su mejor rostro se trasluce en el ahora armonioso, y paradigma de la globalización, continente europeo, un occidente mejor definido y delimitado comparándolo con otras latitudes del mundo. Pero, todo este atributo tan positivo del nacionalismo sólo se evidencia cuando Nación y Democracia van juntas, son pares indisolubles, y pertenecen a la comunidad organizada sobre la base de individuos que comparten ciertos rasgos: lugar de nacimiento, cultura, idioma, pertenencia a un territorio, religión, costumbres, historia, vicisitudes de la vida; y que tienen una mayor participación en la toma de decisiones sobre la vida política, social, jurídica y económica de la nación. Una nación inclusiva que no margina ni excluye.

Ahora, ¿Éste es el único tipo de nacionalismo?

[1] Max Weber. Economía y Sociedad. FCE. Mexico. Ed. 1984. Pag. 678, 679.

[2] Hans-Joachin König. “Nacionalismo y Nación en la Historia de Iberoamerica” En Hans-Joachin König, Tristan Platt y Collin Lewis. Estado Nación, Comunidad Indígena, Industria. Tres Debates al Final del Milenio. Holanda, 2000. Pag. 12. Hans Kohn, es miembro prominente del movimiento sionista e historiador académico, hizo contribuciones importantes al pensamiento en nacionalismo, identidad nacional, al estudio de los procesos del edificio de estados y naciones, y a la confrontación entre europeo y no europeo, específicamente culturas orientales.

[3] Este mismo nacionalismo cívico territorial occidental ha originado el nazismo y fascismo destructivos, así como de las actuales corrientes xenofóbicas de la juventud europea en contra de los inmigrantes de “color” que forjan el nuevo proletariado del primer mundo.

21.4.08

Lo mejor de la semana: Resumen para ociosos del 14 al 20 de abril

Una nueva semana,  noticias frescas e interesantes,  nuestros vecinos traen siempre cosas amenas y curiosas. Acompañen a esta guía, la que en días como hoy, no sólo necesita de una agenda para sus lagunas mentales, sino también un mapa y una brújula para no perder su ubicación.

Amautacuna de Historia Trae una nota interesante sobre las piezas arqueológicas de Machu Picchu que se encuentran en la Universidad de Yale y que según el último inventario llegan a 46332, la nota está acompañada de un vídeo.

El Reportero de la Historia Nos trae dos notas interesantes, una es con respecto a las piezas que se encuentran en poder de Yale, ésta es una nota amplia sobre la negativa de la devolución inmediata de las piezas, y las condiciones que exige Yale al Perú para la devolución de las mismas. La otra nota, habla sobre la desaparición de la colección precolombina (cuyo valor ascendía a varios miles de euros) que estaba bajo custodia en Santiago.

Enseñ-arte Trae la descripción de una obra extraña y tal vez atractiva para algunos, "Cristo velado" de Giuseppe Sanmartino, es tal vez una de las esculturas en mármol más exóticas que existe y que por desgracia, es poco conocida.

Historia de Lima virreynal Nos muestra una carta, que fuera escrita en 1920 y que ayuda a esclarecer los acontecimientos violentos en los que se viera involucrado el poeta peruano César Vallejo,  quien tras ser perseguido por la justicia peruana, decidiera migrar a Francia en 1923.

Lugar establecido Trae una nota y el acceso a la enciclopedia online Enciclopedia de violencia masiva, la que apunta a algo más que un conjunto de aportes de internautas, y que se basa en artículos elaborados por  especialistas en la materia. 

14.4.08

Lo mejor de la semana: Resumen para ociosos del 7 al 13 de abril

Dicen que a quien madruga Dios le ayuda, esta semana comenzamos temprano para no correr riesgos por falta de tiempo.  Acompañen a esta guía en el paseo habitual por el vecindario.

Amautacuna de Historia  Trae una nota a modo de continuación sobre la migración china al Perú y el final de esta.  También encontramos un post sobre la exposición de la cultura Nasca, hecho en Tokio-Japón, y un vídeo de ésta. Y no puedo evitar comentarles que dicha exposición fue difundida por todos los medios de comunicación en Japón, en lo personal fue un orgullo muy grande ver que el Perú fue noticia por algo más que escándalos, problemas con ilegales o desastres. 

Cantera de canterurías Nos muestra un post sobre arqueomusicología andina, y el importante aporte hecho por César Bolaños; la música también forma parte de nuestra historia.

El Reportero de la Historia Trae una historia injustamente desconocida, la vida de Teresa Gonzáles de Fanning y la contribución intelectual que hiciera con el país.

Gran Combo Club Trae una nota sobre la protesta de Bolivia, quien reclama "exclusividad" sobre algunas danzas puneñas que se han usado desde siempre en Perú.

Medievalum.com  Ofrece una nota interesante sobre una tinaja del siglo XII , la cual fue donada al ayuntamiento de Alicante y que actualmente reposa en el museo arqueológico de Dénia. Lo curioso de la nota, son las diversas utilidades que recibió la tinaja durante los setenta años que permaneció con la familia que la encontró. La entrega de la pieza por parte de la familia, es una acción que más personas poseedoras de piezas arqueológicas deberían de imitar. 

Sociología contemporánea Muestra, para todos aquellos que lo necesiten, una guía para optimizar el uso del buscador google, aquellos que no sabían que la búsqueda se podía simplificar, lean las recomendaciones que se pueden ahorrar mucho tiempo en el futuro.

8.4.08

Lo mejor de la semana: Resumen para ociosos del 31 de marzo al 6 de abril

Un mes de otoño o primavera, abril lleva consigo un poco de misterio, clima templado y algo de romance, un mes que inspira canciones, poemas, nombres o amoríos. Días cálidos nos acogen hoy en el recorrido por la vecindad, acompañen por favor a esta simple guía, quien a veces se retrasa como buena peruana, pero que siempre se ampara bajo el dicho: "Más vale tarde que nunca".

Amautacuna de Historia trae esta semana varios post interesantes; tenemos una nota sobre el descubrimiento de la Huaca Inkil Tambo, el que fuera un templo utilizado como residencia para las mallquis (momias incas) y que se ubica cercano a Sacsayhuaman. Otro post  es sobre La Cueva de las manos, en la Patagonia Argentina, aquí podemos encontrar una nota, fotos de las pinturas rupestres encontradas en la cueva, y un vídeo. Y también podemos ver, para los curiosos e interesados, un vídeo de la reconstrucción virtual de La Ciudad Sagrada de Caral.

Arquitectura prehispánica en el Perú trae un post sobre el libro: Adivinación y oráculos en el mundo andino antiguo, publicado por el fondo editorial de la PUCP; y muestra también otra nota relacionada al hallazgo de un collar de oro y turquesas, encontrado a las cercanías del lago Titicaca en Puno-Perú, y que posee una antigüedad de unos 4000 años aproximadamente.

En El Reportero de la Historia encontramos un par de notas informativas, una de ellas sobre el seminario: Las elecciones en el Perú siglos XIX-XX, organizado por el instituto Raúl Porras Barnechea de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, podemos ver cronogramas y demás; encontramos también informaciñon de la Primera Exposición-Venta del Papel Antiguo, a realizarse del 24 al 27 de abril en el museo Pedro de Osma en Barranco.

 La guía de Historia trae notas amplias y que dependiendo del gusto del lector pueden ser interesantes. Encontramos un post sobre Saddam Hussein y su gobierno en Irak, así como  otros dos sobre Chiang Kai-Shek y Mao Tsé-Tung, de China.

Hablemos de Historia trae un post sobre conquista y colonización del continente americano, en el que se intenta refutar o demostrar la hipótesis de que los reyes católicos recibieron apoyo del Papa Alejandro VI en la conquista y colonización.

En el Archivólogo podemos encontrar una nota curiosa, sobre la réplica de un reloj hecha por la casa Breguet, el reloj que llevara el nombre de María Antonieta la esposa del rey de Francia Luis XVI y que curiosamente, ella nunca logró ver.


1.4.08

LA HISTORIA CONTADA POR LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DEL PERÚ

Por Nayib

Somos los pueblos originarios, descendientes de las grandes culturas autóctonas desplegadas y desarrolladas en el espacio andino - entendido como el gran y diverso espacio geográfico caracterizado por la Cordillera de los Andes, en donde el hombre originario, quechua, aymara y amazónico; en su interacción, crean manifestaciones culturales propias y relacionadas entre sí - , con una sabiduría acuñada en 12,000 años, y que logró adaptar y dominar una realidad geográfica, topográfica y climática adversa. Campeones de la biotecnología y el empleo sostenido de los recursos naturales, herederos del único y gran imperio del mundo al sur de la línea ecuatorial, con una lengua troncal rica en significado, una raza cobriza común y dueños de estos riquísimos territorios. Somos los pueblos originarios de estos territorios que ahora se llaman Perú, que en 1532 fuimos invadidos por el hombre de occidente, su sed de sangre y riqueza, y una visión euro céntrica que todo discrimina y donde el blanco es la medida de todas las cosas.

De ser dueños de nuestra propia historia pasamos, y luego de cuarenta años de resistencia, a constituir parte secundaria, casi tangencial de la historia universal de occidente. Silenciaron las vidas de millones de hombres andinos y selváticos con su espada, pólvora y cañón; gripe, viruela y peste, y con mucha explotación y servidumbre en las encomiendas, haciendas, obrajes y mita minera. Los sobrevivientes fuimos desplazados y desarraigados, y obligados a abrazar nuevos hábitos, costumbres y religión.

Pero una cultura tan viva como la nuestra mantuvo su capacidad de adaptarse y resistir, y también exigir con las mismas leyes o armas del conquistador. La Rebelión de Túpac Amaru II fue la gran oportunidad perdida, para que este espacio andino sea nuevamente nuestro y borrar 300 años de ignominia. La respuesta a esta reacción nativista, fue de una virulencia tal, que mataron a nuestros viejos curacas y pretendieron borrar de la memoria nuestro gran pasado; a la vez que despertaron en el criollo y mestizo un temor a nuestra arrolladora fuerza.

Estos criollos y mestizos lideraron con éxito el esfuerzo independendista del Perú, nacimos como república, y proclamaron ciudadanía, igualdad de derechos y participación en la vida política del novel país.

Vemos que el siglo XIX representó para la élite criolla latinoamericana el inicio de una vida independiente, la definición del nuevo sistema político y económico, y la búsqueda-conformación de una identidad con características que particularicen la nacionalidad de los emergentes países, la nación proyectada. La alusión a la población aborigen, en los discursos políticos e intelectuales durante y después del proceso independentista, fueron de algún modo una simple figura decorativa y retórica, circunspecta a la búsqueda de valores positivos en los antecedentes autóctonos prehispánicos de sus atávicos paisanos, la nación histórica, y en la mayoría de los casos como contraposición o negación, paradójicamente, a un legítimo e inmediato pasado colonial español. Las decisiones políticas, económicas y sociales adoptadas se tomaron sin considerar la voz de las poblaciones indígenas, de espaldas a ella y en no pocos casos contra éstas.

Sin embargo, esta consideración hacia lo indígena estará correlacionada según el número, la presencia dentro de los territorios recién constituidos, la importancia para el sistema económico y al grado de adaptabilidad a los principios de la civilización occidental. Por ello, las grandes poblaciones indígenas del Ecuador, Perú y Bolivia, y los grupos aimaras, ubicados en Chile y Argentina; serán percibidos de modo diferente a los indios catalogados como no asimilables, difícilmente “reducibles o domesticados”, inadaptados para la vida civilizada, salvajes o simplemente excedentes poblacionales, como el caso de las tribus amazónicas, y los araucanos en las Repúblicas de Chile y Argentina.

Por esto, a pesar del largo proceso histórico y estando pronto a cumplir el bicentenario de vida republicana vemos como muchos de los ideales democráticos de justicia y equidad están pendientes, y redefiniéndose ante el rápido cambio que se viene produciendo en el mundo que nos exige cada vez más dejar de SER sin antes HABER SIDO.