26.10.08

Breve perspectiva histórica sobre la película Vidas Paralelas


Villa Canaria. Provincia Víctor Fajardo. Ayacucho. Perú.


Por: Nayib

La sala estaba llena y sólo había cabida en la primera fila. Con la luz de la película comenzada la familia de B se situó casi al centro: Carla, la esposa; Julia y Eduardo, los hijos; B; y un viejo compañero de combate de guerras pasadas de B a quien cariñosamente llamaban Fama.

Contemplando las imágenes de una rápida y violenta incursión terrorista a la localidad de Villa Canaria, en la provincia de Víctor Fajardo de Ayacucho, un juicio popular y enfrentamiento con tropas del Ejército; dos corazones latían fuera de sí y los hacían sudar profusamente. Fama sin importarle el correr de la película, porque era la segunda vez que la veía, comenzó a rememorar en el oído de B que Villa Canaria integró la región considerada del Comité Zonal Fundamental de la organización terrorista Sendero Luminoso, Cangallo y Víctor Fajardo, donde asentó su proyecto mesiánico desde 1980, y que en 1983, época en que se ambienta la película, sufrió la mayor cantidad de muertos de todo el periodo de la guerra interna. Recordaba la instalación casi temprana (1983) de la Base Militar en la Villa y el caso de un grupo de autoridades de Querobamba que viajaron a Canaria para solicitar apoyo del Ejército ante las continuas amenazas recibidas de los terroristas, y que varios de ellos perdieron la vida por esta gestión. Como respuesta los militares se dirigen a Querobamba, enfrentándose a los senderistas y provocándoles 20 bajas. También, refería otro caso en 1986 cuando cinco ingenieros de la Mina Canaria fueron asesinados por sendero.

Los vecinos cinéfilos hicieron sentir su incomodidad ante tanto cuchicheo y B cortó el monólogo casi con una orden de tipo monárquica: "Callate". Así transcurrió la trama que mostraba o mejor dicho rescataba lo mejor de las actuaciones de las fuerzas del orden que lamentablemente en muchos casos fueron todo lo contrario. Sería la novela rosa de los rudos militares.

Cuando el filme llegó a su fin, el público espectador permaneció sentado en las butacas, casi un minuto, como si sucediera una reflexión colectiva sobre algunos hechos que aún nos conmueven. Al fin del minuto de silencio, casi al unísono dos carcajadas rompieron la monotonía del instante, resultado quizá de una nueva catarsis.

Consideramos que la película complementa otras sobre el mismo tema: La temprana "La Boca del Lobo" (1988), de Pancho Lombardi, que denotaba las carencias materiales y profesionales de un Estado y sus fuerzas del orden para combatir a un enemigo clandestino y despiadado; y cuyos errores conceptuales y tácticos produjo una triste masacre. Luego, “Alias la Gringa” (1991) de Alberto Durant, que de modo tangencial describe la toma del penal de la isla El Frontón por los sentenciados de Sendero Luminoso y su violenta recuperación por las fuerzas estatales. ”La vida es una sola” (1992), de la noruega Marianne Eyde, que describe las relaciones entre la comunidad campesina, Sendero Luminoso y las fuerzas del orden. “Anda, corre y vuela” (1994) de Augusto Tamayo, que relata la vida en la ciudad de Lima de una pareja de jóvenes provincianos y pobres –los legendarios Gregorio y Juliana más grandecitos- durante la época de los apagones, aniquilamientos y violencia terrorista. “Coraje” (1998) de Alberto Durant, que cuenta la lucha hasta la muerte de la dirigente de Villa el Salvador Maria Elena Moyano contra la insania del terrorismo. "Paloma de Papel" (2003) que denuncia cómo y cuánto sufrieron los niños durante la guerra. "Días de Santiago" (2004) describe el mundo traumático y marginal de los ex combatientes de los cuerpos de tropa de las fuerzas del orden del Estado que sirvieron en la zona de emergencia, en su reintegración a lo habitual de la sociedad peruana. “El Rincón de los Inocentes” del ayacuchano Palito Ortega Matute (2005) que resalta el sufrimiento de todo un pueblo ubicado entre dos fuegos.

Es el mismo planteamiento del escrito de José Luis Igue sobre el dar la voz a los sin voz, para que digan su verdad; y así tener una idea más completa de la complejidad de este proceso. La misma línea de apertura y comprensión de Edgar Villegas.

22.10.08

Vidas Paralelas: Voces en Dueto (Primera Parte)*



* Por Edgar Villegas Vásquez


Pluralidad de Voces, Memoria, Guerra Asimétricas

Una de las explicaciones más comunes sobre la riqueza de las sociedades de halla en su diversidad, en la capacidad que estas tienen para procesar a partir de un intercambio de diálogos, visiones en conjunto, que permitan la interpretación colectiva de una realidad; esta última, vendría a consistir en el diagrama de múltiples formas de interpretación y de experiencia del contexto físico y temporal en el que el un gran grupo, compuesto de múltiples unidades se desenvuelve bajo la forma de un circuito. Bajo estas condiciones, la parte más difícil de salvar el rechazo entre versiones disonantes de interpretar un mismo fenómeno no se halla en buscar la conciliación de las mismas, sino en crear una economía de la interacción a partir de la diferencia; creándose un tramado de visiones en torno al eje de un mismo fenómeno vivido colectivamente.

Las características para hechos violentos de ruptura con el pasado, como lo son las guerras, y en especial las guerras de guerrilla desde el post cincuentas, representan para los investigadores el reto de alternar con fisuras no compartidas en la memoria de los diversos grupos de una misma sociedad que alternaron durante el desarrollo de estas. Para el caso de guerras de este tipo, asimétricas, la carga de la violencia se halla asociada a espacios ideológicos de corte muchas veces contrapuesto, entre el discurso de lo que plantea el Estado, y el No – Estado, entendido el segundo como el grupo alzado en armas; dentro de un siguiente punto, la ausencia de enfrentamientos convencionales frente a frente, representa dentro de las reglas de juego que la violencia ingresa a lo que llamaríamos una zona gris, en la que no hay campos definidos; detalle que genera consecuencias desastrosas, sobre todo para las poblaciones insertas dentro del teatro de operaciones del conflicto.


Vidas Paralelas: Película de Cine Militar Peruano

La Boca del Lobo (1998), La Vida es una Sola (1992), o Paloma de Papel (2003) son ejemplos de cine peruano basado en el contexto de la guerra asimétrica; el campo temporal es el período de violencia política que le tocó vivir al Perú entre los ochenta y los noventa, en el que la ficción cinematográfica para estos casos, toca el tema de la vivencia de la guerra entre personajes principales que mayormente itineran entre diversos roles: pueden pasar de ser víctimas a victimarios, de acusadores a acusados, o a veces, viceversa. Sus voces son representadas en un espacio histórico recreado, en el que los estereotipos de lo expresamente bueno o malo dejan la rigidez del extremo, para sumergirse en una gran zona gris, en la que nada esta definido.

El convenio que se firma entre el rector de la Universidad Alas Peruanas, Fidel Ramírez Prado, y el Comandante General del Ejército Edwin Donayre Gotzch para la creación de Vidas Paralelas (2008) - película dirigida por Rocío Lladó-, nos permite hablar de la llegada de otra versión de las lógicas del conflicto interno; una en las que los militares cuentan desde la ficción cinematográfica en base a una historia real, su propia visión como parte del conflicto, tomando como punto de engarce para la producción, la cooperación con una institución con la que mantienen vínculos cercanos, debido a que la Universidad Alas Peruanas pertenece a la Cooperativa de Servicios Especiales Alas Peruanas, entidad ligada al Ministerio de Defensa.

Los rastros del debate público sobre la violencia hasta la fecha comunican desde dos ámbitos, uno de ellos es reconocer a Sendero Luminoso como el autor de la mayor cantidad de muertes en el período de guerra interna; el segundo, afirmar que algunos militares extralimitaron sus funciones en la conducción de la toma de control del territorio y la lucha contra los grupos alzados en armas. Hasta ahora, todas las versiones cinematográficas incluida Vidas Paralelas retratan que el mayor exceso vino del otro lado, es decir desde el lado del No – Estado, pero la gran diferencia que plantea la aparición de la película, es que esta se halla construida desde el sesgo de las fuerzas armadas, aportando la visión del papel de otro grupo que tuvo que ser parte del conflicto, una visión que no se ve creada desde lo propagandístico o lo psicosocial por los militares, sino entra a competir como otro episodio ficcional sobre una misma verdad que toco vivir a la sociedad peruana.