29.3.07

Apuntes históricos sobre los inicios del SUTEP (1971-1974) - I Parte

Por: Héctor Huerto Vizcarra



El domingo 25 de marzo se realizaron las elecciones para elegir una nueva dirigencia del Sindicato Único de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP), en el marco del XIII Congreso Nacional Ordinario. Tras sus resultados, en donde salió victoriosa la única lista inscrita, diversos analistas políticos y periodistas han renovado sus críticas contra el sindicato magisterial por la forma como se organiza y por como se relaciona con el Gobierno. Incluso, el Ministro de Educación José Antonio Chang no estuvo al margen de ello, ya que puso en duda la transparencia de esa elección, y afirmó que no era más que una rotación de cargos.(1)

Los argumentos que giran alrededor de la organización del SUTEP cuestionan el hecho de que su nuevo Secretario General, Luis Muñoz, fue Subsecretario General de la mesa directiva saliente; así como la ex Secretaria General del gremio, Caridad Montes, es ahora la flamante Secretaria de Relaciones Internacionales. Asimismo, se crítica la presencia de una sola lista de postulantes, lo que le resta alternancia al gremio, y parece demostrar el monopolio político que tiene Patria Roja dentro de esa organización. Sin embargo, Muñoz negó que su elección represente el continuismo de Patria Roja en el manejo del gremio magisterial, argumentando que el 80% de su lista directiva son jóvenes. (2) Más sorprendente resulta la afirmación suya, del día siguiente, donde señala que 4 miembros de su lista son apristas.

Lo que no se puede negar es el mayoritario apoyo que recibió la lista de "consenso" en la votación de los delegados. De los 467 delegados que estaban habilitados para votar, 360 votaron por la lista única, 6 votos estaban en blanco y 21 nulos. Aparte de esto, 80 delegados no votaron, que representan el 17% del voto total. Sumando este porcentaje a los porcentajes de votos blancos y nulos se tiene un 23% de "votos críticos".

Con respecto a su posición frente al Gobierno, se le critica su postura confrontacional. Ésta no tardó en hacerse evidente en la nueva dirigencia, cuando el recién electo Secretario General demandó al Gobierno reanudar el diálogo, de lo contrario, amenazó con volver a realizar paros y movilizaciones a nivel nacional. Amenaza que provocó igual respuesta por parte del Ministro de Educación, quien cuestionó asuntos sindicales internos, que en realidad no están dentro de sus competencias. Todo ello no hace más que complicar las perspectivas de diálogo.


Justamente, a raíz de esto el analista político León Trahtemberg señala que la lógica de enfrentamiento entre el Ministerio de Educación y el SUTEP existe desde 1972. Además afirma que, su plataforma es prácticamente la misma desde su creación, en parte porque Patria Roja no ha cambiado tampoco sus postulados. Me pregunto si eso es realmente así.

Los inicios del SUTEP se encuentran en 1971, cuando el 1 de setiembre se inició una huelga indefinida de maestros, en donde se solicitaba un aumento de sueldos mayor al que habían recibido días atrás. Dicha manifestación estaba organizada por la Federación Nacional de Educadores del Perú (FENEP), que para ese momento representaba a la mayoría de maestros sindicalizados del país. Al parecer, la huelga es todo un éxito, y recibe el apoyo de otros sectores de la población. Así el 8 de setiembre, un grupo de estudiantes universitarios, en apoyo de esta huelga, toma el viejo local universitario de San Marcos. Esto obliga al Gobierno a realizar un nuevo aumento de sueldos, esta vez de 1 000 soles mensuales a partir de octubre. Sin embargo, el 13 de setiembre la FENEP decide continuar la huelga. Como respuesta, el Gobierno militar amenaza con despedir a todo maestro que no concurra a sus puestos de trabajo al día siguiente. La amenaza da resultado y provoca un importante escisión: los sindicatos ligados al Partido Comunista deciden romper la huelga. Esto lo logran tanto a nivel de las bases como de la directiva, que al parecer controlan. (3)

Al final, luego de una mayor represión que deporta a 5 dirigentes magisteriales, el 16 de setiembre los maestros secundarios deciden levantar la huelga. El PC había denunciado al Apra y a los "ultras" de querer alargar la huelga por razones políticas. Incluso, días después, Velasco afirmó que se pretendió organizar un movimiento conspirativo contra la revolución utilizando el problema de los maestros. (4) Además, todos los maestros que no acudieron a trabajar a partir del día 13 son despedidos. De esta manera, la forma como finaliza el paro es determinante en el desprestigio que recae en la FENEP, del cual nunca podrá recuperarse.(5)


De esa forma surge el SUTEP en 1972 en el Cusco, como alternativa "clasista" de organización sindical de los maestros. (6) Evidentemente, se trataba de un gremio mucho más politizado y en abierta oposición al Gobierno. Lo que no queda claro es la participación aprista en dicho sindicato. Los críticos al SUTEP, como el PC y el Gobierno, no dudan en señalar constantemente que el Apra está detrás de todo ello, o en íntima alianza con grupos extremistas de izquierda. Por ello, Velasco no duda en afirmar que: "En el SUTEP están enquistados los ultras de la peor especie y hay un partido político, muy antiguo, y que ustedes conocen, que está moviendo y planificando y que participa también de la agitación." (7)

Desde sus inicios, el SUTEP reivindicó el aumento de sueldos de los maestros como principal bandera de lucha, sobre todo en una coyuntura económica que cada vez más se sumía en crisis, en donde el costo de vida iba en aumento. Sin embargo, no hubo mayor concesión con respecto al Gobierno, y las exigencias de mayores aumentos de sueldo no eran puntos negociables. Lo que ocasionó en la mayoría de casos, mayor represión contra el sindicato. Así resulta que, un día antes de su primera acción de protesta, en donde solicitaban aumento de sueldos y el reconocimiento oficial de su sindicato, 200 maestros fueron detenidos en un allanamiento de la policía de su local gremial. Aún así, el paro es acatado en gran parte de Lima el 14 de setiembre de 1972. Tanto el Gobierno como el SUTEP no habían perdonado lo acaecido un año antes.


(1) Perú 21, martes 27 de marzo, p. 3

(2) Perú 21, lunes 26 de marzo, p.3.

(3) El PC controlaba los sindicatos de los maestros primarios, de educación física y de educación técnica.

(4) Discurso en Tacna, el 1 de octubre de 1971.

(5) La FENEP sigue un propio desarrollo. Entre el 27 y 31 de enero de 1973 se lleva a cabo su Congreso Nacional, en donde deciden cambiar el nombre por Federación Nacional de Trabajadores de la Educación Peruana (FENTEP). Se afilian a la CGTP y apoyan al Gobierno.

(6) La Cronología Política de Desco que he consultado, así como la página web del propio sindicato, no registran la fecha de la fundación del SUTEP. Se dice que es una alternativa clasista porque se sienten más identificados con las características y perspectivas políticas de la clase del proletariado. Por ello, no es extraño que el 14 de setiembre de 1973, el Subsecretario del SUTEP, Arturo Sánchez califique al Gobierno de reformista burgués y señale que los obreros, estudiantes, campesinos y maestros están demostrando las medidas del mismo.

(7) Conferencia de prensa de Velasco el 21 de noviembre de 1973 , tras una nueva protesta nacional del SUTEP. Gustavo Espinoza señala algo parecido en el libro "Frente al Perú oligárquico (1928-1968)": "En primer lugar en el magisterio hay una vieja escuela aprista. El Apra (...) pierde esa fuerza en la segunda parte de la década del sesenta, pero en la crisis de 1971 retoma fuerza (...)". Más adelante agrega: "Lo que pasa es que para ellos [el Apra] era políticamente más rentable levantar la bandera del maoísmo (...) porque eso era más revolucionario, y así se enfrentaba esa lucha al movimiento sindical, a la clase obrera y a la CGTP desde posiciones de izquierda." p. 110. Aunque no estoy de acuerdo con ello, porque niega la fuerza política real que tenía Patria Roja en ese sindicato, hay que recalcar la percepción política que se tenía en su momento sobre el Apra, donde se le sobredimensionaba. Hay que recordar que para esos años Espinoza se desenvolvía como Secretario General de la CGTP.


* La primera imagen corresponde al cuadro La Protesta de Giovanna Corsale.
Continuará...

28.3.07

Velasco, legitimidad y revolución: entrevista al historiador Juan Martín Sánchez (I Parte)


Es una entrevista realizada por Héctor Huerto Vizcarra, el 9 de febrero del 2005 en Sevilla, al historiador español Juan Martín Sanchez, quien ha trabado temas de historia contemporánea peruana. Tiene dos libros fruto de este trabajo: "Perú 28 de julio: discurso y acción política el día de Fiestas Patrias (1969-1999)", y "La revolución Peruana: ideología y práctica política de un gobierno militar (1968-1975)"

HH: ¿Es el proceso de revolución militar de Velasco un proceso atípico a los procesos revolucionarios que se dan en el mundo?

JM: Al contrario, lo que es, es bastante típico. Es bastante repetido, no solo en América Latina sino en otros lugares del mundo, y hay experiencias más afortunadas incluso que las de Velasco, en cuanto a efectos muchísimo más de largo plazo. La más importante, o la más típica, es la revolución kemalista en Turquía, a la caída del imperio Otomano, que construyen el único Estado secular, laico, del mundo islámico. Con una presencia militar y de la burocracia estatal, impresionante, que todavía es la que define Turquía. Pero igual pasó en Egipto, con Nasser, con resultados un poco más deficientes, y también hubo experiencias similares en América Latina, incluso Torrijos en Panamá para las mismas fechas tenía ideas parecidas; y había grupos militares con un proyecto similar en cuanto a un nacionalismo. Militares que se ven en Estados débiles y quieren modernizarlos, y para eso saben que hay que poner en su lugar a ciertos grupos oligárquicos y al poder económico extranjero.


HH: Pero hay una cuestión que se nos hace complicada desde la mirada latinoamericana, con esta historia tradicionalista que nos englobaba dentro de un proceso mayor de etapas, en donde la modernidad europea de una sociedad en América Latina que recién se iba reconstruyendo, con la colonización, el mestizaje, la llegada de otro tipo de instituciones...

JM: Esa discusión se quedó fuera del libro, está en la tesis, y tampoco creo que la tuviera resuelta. Europa y Estados Unidos han mostrado cual es la trayectoria del proceso y lo único que tenemos que identificar en esa trayectoria que han seguido, es en cuál de sus etapas se coloca Perú, México. Eso es un error gravísimo, entre otras cosas porque cuando supuestamente Inglaterra estaba en una fase pre industrial y de desarrollo, no tenía ningún otro país desarrollado industrialmente que le invadiera cada fin de semana, cosa que sí le pasa a los países que supuestamente están en una fase pre industrial. Son despropósitos, es como no considerar al resto. Como si se pudiera dar lo que fue la experiencia histórica de Europa, especialmente Inglaterra, Francia, y un poco, de Alemania, en el resto de países del mundo. No hablan del resto de Europa, de los países del este, de Italia, de España, Portugal, Noruega, que tienen un desarrollo bastante distinto. Es como si esa trayectoria fuera causada solo por los factores endógenos y no tuviera nada que ver con el resto del mundo, nada que ver con la mundialización del comercio que se da a partir del siglo XVI, incluso antes. Son despropósitos que no es algo que yo quisiera hacer.

HH: Hay una frase que me llamó mucho la atención en la introducción de tu libro, qué es la gran pregunta que nos hacemos algunos historiadores que estamos en formación: tú afirmas que la historia ha dejado de ser un lugar de explicación, en ese sentido para ti, ¿ya no es posible a través de la historia analizar el pasado, para entender el presente y mirar el futuro?

JM: Yo lo que trataba de hacer con esa frase era de alguna manera criticar la búsqueda de causas y responsabilidades en la historia, para entender comportamientos y no solo entenderlos sino justificarlos junto a comportamientos actuales. Me parece que eso lleva un poco de error y es una manera bastante funcionalista de ver la historia: lo que hoy vivimos, lo que vive el Perú o España hoy, se explica por las trayectorias históricas. Las trayectorias históricas explican cosas y nos dan sobre todo una serie de información y una descripción de cómo ha estado, ha evolucionado ese país o esa sociedad pero no tiene por que explicar los acontecimientos del momento; como los acontecimientos históricos tampoco estaban del todo explicados por los que lo antecedían. A eso me refería, que la historia no tiene un privilegio para explicar de manera fundamental los acontecimientos, no solo actuales sino también los históricos, en tanto que anteriormente también había historia.

HH: ¿Qué crees que hizo que se llevara a cabo la "revolución" militar?

JM: Ellos pensaban que estaban haciendo una revolución porque el Estado se les desmoronaba, porque la sociedad no conseguía integrarse, y esa falta de integración nacional le daba como resultado un país inseguro. Inseguro frente a una amenaza externa e inseguro consigo mismo, se les podía deshacer la sociedad. Además de este criterio de seguridad nacional que era muy importante en los militares y en su concepción nacional y, en la concepción de la acción política. Hay un grupo que determina que se radicalice de una manera más progresista en cuanto a la retribución de la riqueza, o reformas más importantes. Ellos estaban convencidos de que la situación del Perú era manifiestamente mejorable, y tratan de modificarla con los criterios y las maneras que ellos entendían más disponibles, más razonables.

HH: Pero algo particular y curioso de ahí, tal como tú lo dices en el libro y lo defines como dictadura comisarial, es que se tiene un Ejército que ha cumplido funciones de represión, muy apegado a posiciones de derecha. ¿Cómo es posible que años después, en el 68, surja una facción más ligada a posiciones de izquierda?

JM: Habría que hacer una re-lectura del siglo XX peruano, que yo no la he podido hacer, y que me gustaría que se hiciera. Que el Ejército durante el siglo XX fuera represor no quiere decir que fuera totalmente de derecha, no es que fuera liberal, era una posición institucional del Estado lo que tenía el Ejército. Los militares hacían que aquello no se desmembrara, que el Apra no fuera por su vía, era poner aquello en orden. Efectivamente, poner en orden sin modificar el Estado, sin modificar la estructura económica del país, ese orden beneficiaba a la oligarquía. Pero el Ejército peruano no tenía demasiados vínculos con la oligarquía, no era un ejército oligárquico. Por lo tanto, tampoco es que estuviera guardando intereses propios; guardaba intereses corporativos propios, su lugar en el Estado (...). No era un Ejército de oligarcas y el ejemplo es Velasco. Eso si, era un ejército de militares que había estado tradicionalmente reprimiendo los cambios. Los habían tratado de apoyar por vía institucional, incluso en el gobierno de Bustamante y Rivero, había habido una facción del ejército reformista que andaba queriendo apoyarlo, como Carmen Marín y alguna gente que fue del Centro de Altos Estudios Militares (CAEM). La respuesta es un poco más compleja, no es que pasaran inmediatamente de ser represores a ser todos revolucionarios. De hecho, eran una minoría los radicales. Pero sí hubo un desapego al menos de buena parte de los militares, de coroneles y generales, en su posición como guardianes del orden sin más. De hecho en el gobierno del 62 hubo un intento de reformas importante.

HH: ¿Cuál es la importancia que tiene la cuestión del indio, la cuestión del mestizaje, la cuestión reivindicativa? ¿Cuál es el manejo que se le da y de qué manera esto se convierte o no en el soporte de la revolución?

JM: No lo fue, en el sentido en que era un gobierno, un grupo de intelectuales y militares que focalizaban la reforma como una reforma de la estructura socioeconómica; que ellos esperaban tuviera como resultado un cambio de la desigualdad y de los racismos y los desprecios que había en los distintos pueblos del Perú, sobretodo, el maltrato a la población indígena. Pero ellos tenían una apreciación de la población indígena como subdesarrollada o casi pre-adolescente, tampoco es que la consultaran mucho para implementar sus planes. También hay un gran discurso de que se necesita una identidad propia, una identidad nacional, y que con ese desprecio mutuo no se puede hacer una identidad nacional mínimamente razonable y que soporte a la legitimidad del Estado. Sí tienen mucha importancia, y es obvia en la reforma agraria, en la reforma educativa, en el discurso que se construye sobre la nacionalidad; pero está más focalizada como un cambio social que como una reivindicación del mundo indígena. La reivindicación del mundo indígena es acabar con el desprecio que se le ha tenido.

HH: En ese sentido, ¿cuáles son los cauces por los que se logra legitimar este gobierno?

JM: Es que no parece que tuviera mucha legitimidad, lo que tuvo tal vez es una aceptación; no había manera de sacarlo. Porque lo trataron de sacar algunos dentro del propio ejército; trataron al menos de llevárselo hacia uno u otro lado, uno u otro interés. El único discurso fuerte de legitimación, era el discurso de la revolución, el discurso que el propio gobierno hace y que forma su círculo de civiles. Por ahí alguna aceptación más que legitimidad sí tenía, y de reconocimiento de lo que estaba haciendo era bueno para la población, pero nunca yo he visto que hubiera una idea de legitimidad en el sentido de que es la población la que ha puesto a ese gobierno, y ese gobierno responde a la voluntad de la población, que es la legitimidad moderna. Sin ese vínculo entre la voluntad del pueblo y lo que hace el gobierno no está resuelta la legitimidad.

Continuará...

25.3.07

Algunas respuestas sobre el tema de la Guerra del Pacífico


En vista de las varias respuestas, sobre todo de amigos chilenos, y la atención prestada al tema, aquí resalto lo más importante de los comentarios vertidos. Mención especial merecen los comentarios de la web:

http://www.chilewarez.org/

En donde el amigo campana de goma puso un link del artículo, y que ha tenido interesantes respuestas. Aquí resaltaremos varias de ellas.

Nayus dijo: "Bueno, la explicacion da importancia a los factores politicos y militares, es simplemente que en historia se vienen jugando mas con la base economica social como punto base para explicar los hechos, cosa que tampoco es la panacea pero es lo mas usado."

Anónimo dijo: "Lo cierto de todo esto es que esa guerra ha dejado una herida que no cicatriza y negarlo o relativizarlo no es manera de solucionar el problema. 1879 es la linea que divide lo que pudo ser de lo que somos y ya es hora de que encaremos ese pasado nefasto."

Martin Tanaka dijo: "Solamente una cosa: la discrepancia conmigo parece estar en la idea de que la definición de las guerras no depende solamente del poderío militar, sino también de factores sociales, ej. EU vs Vietnam. De acuerdo. Solamente diré que "normalmente" gana quien es superior militarmente, y excepcionalmente ocurre lo contrario. Lo de Vietman fue excepcional, y por ello requiere una explicación especial. Sin embargo, no habría nada raro en la Guerra del Pacífico. Dejo la palabra a los expertos, debería haber una evaluación exhaustiva del poderío militar de los tres países al inicio, y así determinar si el resultado era previsible. A mí me parece, sin saber mucho, que perdida la campaña marítima, ya la guerra estaba casi perdida."

El cantante dijo: "Me parece que un factor que ha enturbiado mucho nuestras relaciones con Chile, más incluso que la propia guerra, fue la ocupación de Tacna y Arica por casi medio siglo. Es decir, de una guerra te recuperas y hasta rápidamente (Japón), de un historial de guerras pueden surgir aliados comerciales (Francia-Alemania), de una mutilación territorial te olvidas (México), pero qué sucede cuando por tanto tiempo un país vecino planta su bandera en suelo nacional y violando además el tratado que supuestamente le ponía fin al conflicto.Como historiador me interesa reflexionar no tanto en lo odioso o injusto de la situación, sino en lo gravitante que ha sido para formar una memoria especial frente al país del sur. La sensación de impotencia ha de haber sido grande. Por lo menos tres generaciones formadas, en la familia, en la escuela, en la universidad, bajo una humillación colectiva cotidiana. La guerra nunca pudo cicatrizar, en ese sentido. Se trata de un caso en que el tiempo no aportaba olvido sino todo lo contrario."

marcayuq dijo: "Evidentemente, no se trata de negar o relativizar el tema de la guerra del Pacífico, sino de encararlo con una nueva visión crítica que esté distante de las posturas nacionalistas y revanchistas. Con respecto a los comentarios de Martin Tanaka, en los conflictos bélicos a través de la historia, aunque no soy experto en el tema, el poderío militar siempre ha tenido relativa importancia, sobre todo en el pasado lejano. Ahora con la guerra moderna su relatividad ha dejado paso a una mayor contundencia y peso en los resultados. La batalla de las termópilas en la antiguedad es un ejemplo interesante. Pero, ¿hasta qué punto en la guerra con chile el poderío militar influyó en el resultado? Evidentemente dio ciertas ventajas al país del sur, pero los aspectos sociales o casuales pudieron haber volteado el resultado. (...) Un ejemplo es la gran desorganización de los ejércitos peruanos en la defensa del sur, que se debió en gran medida a los conflictos políticos internos de nuestro país. Me parece que esto tuvo una gran influencia, sino en los resultados, si en la forma como resistimos y como pactamos al final de la guerra."

campana de goma dijo: "Acá tambien hay quienes usan y abusan el tema de la Guerra del Pacífico para hablar estupideces, pero en general la sensación dentro de la clase media en especial es que es un tema cerrado para nosotros, no por el hecho de que a grosso modo nuestro país resulto vencedor, sino que por la perspectiva del tiempo, eso sucedio en una epoca que a muchos ni siquiera les interesa conocer mucho (Chile adolece de una muy mala memoria, para bien y para mal).Respecto a las responsabilidades... hay culpas de ambos lados, las que fueron aprovechadas por los ingleses que actuaban tras la escena... eso lo sabemos... el resto, solo son fuegos artificiales.. Igual da pena ver que se resucita el tema para las campañas políticas, paras las crisi economicas, políticas o sociales... y todo por unos pocos pesos mas, o unas pocas cuotas de poder mas... en fin, la ambicion de algunos siempre termina siendo el mal de muchos.".

mi viejo dijo: "El autor nos demuestra que con el impedimento de la difusión de la serie “ Epopeya”, previa coordinación entre los Cancilleres de dos Estados comprometidos en el mismo pasado histórico, significa un acto de censura que pensamos que había sido superado en el siglo XXI; sin embargo, la clase política del Estado Chileno como también por sus homólogos del Estado Peruano, nos ha demostrado que no es así; por consiguiente, ha quedado acreditado con ésta actitud política que los administradores de ambos Estados no tienen ningún respeto por los derechos fundamentales de la persona humana, como es el sagrado derecho a la libertad, a pesar de ser pregoneros de un Estado liberal."

rexanxu dijo
: "da gusto ver como en Perú existen personas que se destraban de las tonteras nacionalistas y dan una mirada objetiva a los sucesos historicos, con esto se deduce q si se puede lograr una integración de los paises"

kikito1625 dijo: "como estudiante de Historia creo que falta que se enseñe la Guerra del Pacífico de manera completa; siempre se dejan de lado las atrocidades o las expoliaciones como lo que ocurrió con los libros de la Biblioteca de Lima... el mismo enfoque que le damos a las derrotas militares; Prat y Carrera Pinto perdieron.... Iquique fue una victoria peruana, no asi como ocurre con Condell y Punta Gruesa...."

rasteban dijo: "Completamente de acuerdo Kiko. El 21 de mayo deberiamos celebrar el combate de Punta gruesa. Fue una victoria increible, donde un botecito de madera vencio a un acorazado moderno, me parece (corrigeme si me equivoco) que era la nave mas potente de la Armada peruana. Y tambien nos olvidamos de la epoca de saqueo en Peru, si a Chile llegaron hasta las fuentes de las Plazas (la de conce, por ejemplo). Y como olvidar los Leones que adornan la entrada a la Base Naval de talcahuano, que eran de la Universidad de San Carlos."

mauro cobain dijo: "La guerra del pacífico es una vergüenza, más aun que sea objeto de división. Interesante el enfoque que le da el tipo en el blog, aunque es totalmente justificable que los peruanos nos tengan algo de "odio" por esa guerra. Pero es bueno ver esos pensamiento, con los conflictos históricos enterrados, la integración será más fácil"

24.3.07

Arguedas y la historia de la sierra

Uno de mis escritores favoritos es el caballero que aparece en la imagen, José María Arguedas Altamirano. ¡Qué hombre! Narrador y poeta extraordinario, menos reconocida es su faceta como antropólogo y folclorista. Al menos para mí, hasta que llegó a mis manos un libro suyo titulado Las comunidades de España y del Perú, y, luego ya, empujado por la curiosidad, otros textos y artículos que de manera un tanto extraña no se incluyeron entre sus "obras completas" publicadas en 1983. En esta entrega quisiera comentar un poco sus ideas respecto a la historia andina en general (1).

La tesis doctoral de Arguedas es de una originalidad inclasificable (2). En un viaje que invierte la dirección general de los estudios antropológicos, se dirige a una remota zona de España, nuestra antigua metrópoli, al pueblito de Bermillo de Sayago, en Castilla y León, para encontrar en esa campiña europea el origen de las comunidades indígenas del Perú. Su estudio es comparativo. La conclusión es audaz: Arguedas sostiene, rompiendo con el indigenismo, que las comunidades andinas no eran la continuación directa de los ayllus prehispánicos, sino el producto de su integración y adaptación al municipio castellano en el siglo XVI. La tesis encierra deliciosas observaciones sobre semejanzas y diferencias entre las comunidades rurales del Perú y España, luego retomadas, ampliadas o corregidas en archivo por investigadores como Fernando Fuenzalida y Karen Spalding.

Me pregunto por qué un hombre criado en el seno de la sociedad indígena es quien se interesa por los elementos hispanos de la cultura andina. Acaso Arguedas, justamente, por conocer muy bien esta cultura desde dentro, pero también desde fuera, supo de lo artificial que llegan a ser algunas diferencias culturales establecidas apresuradamente. Arpa, violín, espejos, tijeras y atuendo español no hicieron por ejemplo de la danza de las tijeras un baile occidental; son estos elementos los que se volvieron, más bien, legítimamente indios durante la colonia. Acaso Arguedas rechaza la pureza que otros pensadores atribuyeron a la sociedad andina, precisamente porque cree en su resiliencia y capacidad de cambio:

[D]urante el largo período colonial el pueblo nativo asimiló una ingente cantidad de elementos de la cultura hispánica, aparte de los que las autoridades les impusieron. Ocurrió lo que suele suceder cuando un pueblo de cultura de alto nivel es dominado por otro: tiene la flexibilidad y poder suficiente como para defender su integridad y aun desarrollarla, mediante la toma de elementos libremente elegidos o impuestos. A todos los transforma (3).

Sus artículos sobre el charango, el varayoq, la artesanía de Huamanga o los huaynos sureños subrayan todos la rica y compleja dinámica cultural de la sierra, no sólo prehispánica sino, sobre todo, posterior a la invasión española. "El toro, el caballo, el trigo, las habas, en poco tiempo tomaronescribe la faz, el aire, el semblante de las cosas legendarias, nativas de la inmensa entraña andina. Se convirtieron en tema del arte indio más que del criollo; enriquecieron el poder de la imaginación creadora de los nativos; y por tanto su poder envolvente" (4). Arguedas intenta presentar a la cultura como un espacio irreductible. Los intercambios o préstamos son propios de culturas avanzadas. La asimilación y hasta el perfeccionamiento de elementos hispanos en la cultura andina no significarían su disolución o "degradación". Hablamos pues de una historia en que el mestizaje no es armonioso ni unidireccional, sino conflictivo y subyugante, impredecible:

El proceso lingüístico, para tomarlo como ejemplo, fue en la sierra inverso al que siguió en la costa. En la sierra el colonizador se vio forzado a aprender el quechua; tanto el encomendero como el predicador católico. La lengua nativa se convirtió en el instrumento principal de difusión de la cultura occidental en la sierra. Pero tal hecho significaba que no sólo el español catequizaba al indio sino que éste a su vez catequizaba al español y a sus descendientes. Tomaban el uno algo del otro, sin ceder en lo sustancial (5).

El mundo indo-hispánico o "quechuacolonial", que el escritor estampa en su inmensa belleza en Yawar fiesta, Los ríos profundos o Todas las sangres. Pero Arguedas, como hace notar Nelson Manrique, valoraba con profunda ambigüedad ese mundo del que provenía, y en el que no hallaba espacio para mestizos como él mismo. Ello lo lleva a interesarse en la historia de ciudades como Huancayo, Puquio o Chiclayo en la costa, de raíz indígena, y crecimiento muy reciente, republicano, donde la poca acción de las instituciones coloniales habría dado mayor autonomía a la presencia mestiza tal como él la entendió y quiso.


Actualización: Revisando la revista Nueva Antropología de la UNAM, he dado con la reseña de un libro con propósitos muy parecidos a los que se planteó Arguedas en su tesis doctoral: hacer una comparación entre la comunidad rural española y la nativa, en este caso mexicana (Carlos Giménez Romero. Valdelaguna y Coatepec. Permanencia y funcionalidad del régimen comunal agrario en España y México. Madrid: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 1991). Mediante esta reseña nos enteremos de que hay paralelos muy interesantes entre ambas investigaciones. En toco caso, el reseñador falla al no mencionar la investigación de Arguedas como un directo antecedente.

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(1) Su labor como gestor cultural también estuvo ligada a la historia. Por ejemplo dirigió la revista Historia y cultura en sus inicios; realizó la primera traducción, y la más bella, me parece, del manuscrito de Huarochirí; prologó la Visita hecha a la provincia de Chucuito por Garci Diez de San Miguel en el año 1567, y mantuvo amistad con el finado John Murra, quien sin embargo años después daría a la publicidad sus confidencias epistolares.
(2) Fue publicada en Las comunidades de España y del Perú (Lima: UNMSM. Departamento de Publicaciones, 1968). Ediciones Cultura Hispánica junto con el Ministerio de Agricultura de España prepararon una reedición bajo la serie Clásicos agrarios, en 1987.
(3) "El indigenismo en el Perú", en Indios, mestizos y señores. Lima: Editorial Horizonte, 1985, p. 12.
(4) "La sierra en el proceso de la cultura peruana", en Formación de una cultura nacional indoamericana. Ed. de Ángel Rama. México: Siglo Veintiuno, 1998, p. 23.
(5) Ibid., pp. 23-24.

Imágenes: Arguedas, por José Gushiken; Danza de las tijeras, popular en Huancavelica, el sur ayacuchano, Andahuaylas y ahora también en Lima.

22.3.07

La Guerra con Chile: entre la frustración permanente y el terrorismo de la memoria


"Los historiadores somos la primera línea defensiva contra el avance de los mitos nacionalistas peligrosos” Eric Hobsbawm(1)

Por: Héctor Huerto Vizcarra




Hace una semana atrás, el tema más recurrente de nuestra historia peruana volvió a salir a flote. Tal como lo relata Max Seitz, de la BBC Mundo, el miércoles pasado debió emitirse el primer capítulo del documental histórico Epopeya por la Televisión Nacional de Chile, pero fue postergado a instancias del gobierno chileno. Dicho documental trata sobre la Guerra del Pacífico y ha contado con la colaboración, al parecer, de historiadores chilenos, peruanos y bolivianos.

Esta postergación se dio a causa de un comunicado de la cancillería peruana, en donde se alegaba lo que el gobierno chileno hizo, para evitar así malos entendidos, sobre todo, en una coyuntura sensible que podría afectar la relación de los dos países. Teniendo en cuenta el conflicto diplomático que ocasionó, a fines de enero, la creación de una nueva región chilena.
(2)

Lo realmente importante de este documental es que nadie lo ha visto. Sin embargo, ha logrado concitar una larga cantidad de críticas y comentarios, e inclusive, actos desesperados por llamar la atención. Así es como la chica de la foto apareció desnuda en la pileta de la Plaza de Armas de Lima, y el diario La Razón dedicó dos de sus portadas al tema. Los medios de comunicación, como siempre, han jugado un rol importante en la propalación de viejos fantasmas o conflictos inexistentes. Al menos, eso lo sabía la chica de la pileta.(3)

Todo este alboroto se puede explicar por dos razones: por la constante frustración de la población peruana que se siente víctima de un complot siniestro de Chile, que le arrebató gran parte de su territorio, y que busca a toda costa vencernos, en todo momento, económica, política y militarmente; y por el, también, constante terrorismo de la memoria que se viene ejerciendo impunemente por historiadores, periodistas, políticos, y empresarios (dueños de los medios de comunicación), con la finalidad de manipular a la opinión pública para beneficio de sus propios intereses.(4)

Esta frustración no solo se da por una mala perspectiva educativa con respecto a ese tema, sino por el perfil histórico general que se enseña en los colegios. Antes fuimos el centro de un imperio (Cusco), luego fuimos la capital de una colonia (Lima), para terminar siendo territorio de un país pobre y desmembrado. Cuando lo que importa no son ni la cantidad de territorio que antes "poseímos" ni el poderío político que tuvo nuestra "nación"; si no más bien, los procesos sociales que se fueron desarrollando y que impiden una mejor cohesión social, y una superación económica.


Esta noción de superioridad peruana, casi aristocratizante, no deviene de historiadores marxistas, que quieren echarle la culpa de todo a las élites gobernantes, sino de posturas más conservadoras y tradicionalistas. Así también, el discurso crítico contra la élite gobernante que permitió nuestra derrota militar frente a Chile, no es exclusivo de la corriente crítica de Gonzáles Prada. Alejandro Deustua argumentaba que la culpa de la derrota peruana se debió a nuestra clase dirigente, por eso se debía poner énfasis en la educación universitaria, para así construir una nueva clase dirigente educada y pensante.(5)

En ese sentido, descalificar la idea que postula la responsabilidad histórica de la élite peruana en la Guerra del Pacífico como una mera acusación política, que no niego que haya existido, o plantear que no "existió" élite dirigente en ese periodo de tiempo, es ocultar el sol con un dedo. Las guerras no se resuelven solo por el poderío de las fuerzas militares en conflicto, de ser así Estados Unidos hubiera vencido a Vietnam, sino por el contexto social y político que existe en estos países.(6)



Tal como lo dice Martín Tanaka, para ese entonces no existían muchas diferencias económicas, sociales ni militares entre el Perú y Chile. La tan mentada cohesión social chilena es una farsa, basta recordar el levantamiento araucano en plena guerra contra el Perú. Entonces, ¿a qué se debió nuestra derrota? Posiblemente a nuestra fragmentación social y a la debilidad de nuestro sistema político de ese momento. Por ello, las primeras victorias chilenas en el campo militar, resultaron enormemente catástróficas para la perspectiva de ganancias de la élite peruana, que se dividió rápidamente.

No hay que olvidar que la élite peruana de entonces se volcó a una campaña belicista, en donde la prensa jugó un papel primordial, porque buscaba ganar a través de la guerra ciertos beneficios. Carlos Contreras y Marcos Cueto afirman que: las élites exportadoras esperaban la caída del valor nacional de nuestra moneda frente a la libra esterlina, para así multiplicar sus ganancias; los especuladores de finanzas pensaban que el conflicto iba a ser una magnífica oportunidad para emprender distintos negocios; y por último, los militares y caudillos vieron en la guerra una oportunidad para aumentar galones y obtener premios políticos.(7)

No hubo premeditación por parte de la clase política chilena de invadir nuestro territorio. Lo que hubo fue una coyuntura de guerra que fue "aprovechada" por las élites interesadas, tanto peruana como chilena. Aunque no hay que olvidar la participación inglesa en todo esto. Coyuntura que a la postre no trajo mayores beneficios a ambas élites, sino que repartió desgracias: más para los peruanos, menos para los chilenos. Siguiendo la lógica del "vencedor" en una guerra.

Pero, ¿qué dice nuestra historiografía al respecto? Al parecer, la historiografía sobre el tema responde a intereses de "clase" u orientaciones políticas determinadas. Así, podemos encontrar libros revanchistas, que solo buscan exaltar la animadversión de los lectores; nacionalistas, que buscan reconstruir el espíritu nacional en base a acciones militares heróicas; de clase, que buscan resaltar la participación de determinado grupo social durante la guerra: como la élite o el campesinado; y los políticos, que plantean la resposabilidad política de la élite limeña en nuestra derrota militar y en los problemas sociales de ese entonces, y los que plantean que éstos son demasiado políticos como para entender cabalmente lo acaecido entre 1879 y 1883. Evidentemente, muchos libros pertenecen a más de una categoría.

Lo que sucede con la historiografía de la Guerra del Pacífico es que, no se ha colectivizado la memoria que se tiene sobre estos hechos de manera crítica y reflexiva. Para muchos investigadores esta guerra sigue siendo entre el Perú y Chile, y no entre élites comerciales y políticas de ambos países. Generalizar al punto de denominar al Perú y Chile como los contendores de esta guerra, sin hacer ninguna aclaración al respecto, es traficar con la memoria, es poner una bomba en nuestro pasado.

Resulta probable que las negaciones u oposiciones surgidas durante la guerra, permitieron crear más fácilmente identidades nacionales; pero resulta penoso que éstas identidades se hayan desarrollo en base a una mentira: el nacionalismo. Por ende, no es el interés de toda una "nación", país o estado el que quiere adueñarse del Perú, sino el de una élite que llevo a cabo una epopeya sangrienta e innecesaria. Esa élite no solo estaba compuesta por las clases altas chilenas, sino también por la peruana. Porque para la época, ambos grupos sociales se encontraban íntimamente ligados por vínculos de parentesco. En resumen, eran como dos primos pequeños jugando a las guerritas.

Hay que tener cuidado con todos aquellos alardes de patriotismo que en la práctica ocultan intereses varios, desde los mercantiles hasta los políticos. En el caso de la historiografía, si bien es cierto, no todo ha sido escrito con mala intención, también es verdad, como dice un refrán popular, que de buenas intenciones está lleno el infierno.



(1) La cita en cuestión la obtuve de la entrevista de Nuria Azancot a Hobsbawm, publicada en:


http://reporterodelahistoria.blogspot.com/2007/03/la-tijera-entrevista-eric-hobsbawm-los.html

(2) Para más detalles pueden consultar el texto de Max Seitz, "Perú/Chile: pelea por una serie":


http://marcayuq.blogspot.com/2007/03/perchile-pelea-por-una-serie.html

(3) Mayores detalles sobre esta coyuntura pueden encontrarse en la crónica que redacté hace unos días atrás:


http://marcayuq.blogspot.com/2007/03/basta-de-manipulacin-histrica.html

(4) El término "terrorismo de la memoria" lo acuñó Edgar en respuesta a un comentario mío, en su primera entrada de este blog. En ese comentario se refiere a la responsabilidad de los historiadores de construir discursos históricos exclusivos y excluyentes, en vez de democratizar la memoria colectiva.

(5) Carlos Contreras y Marcos Cueto, en su Historia del Perú Contemporáneo (p.162), se equivocan al señalar que Alejandro Deustua planteaba que el problema del Perú era la presencia abultada de población indígena. Todo lo contrario, el problema para Deustua radicaba en la falta de educación de esa masa indígena, pero sobre todo, en la ausencia de una verdadera clase dirigente. Por ello, destaca el esfuerzo denodado de los indígenas en la defensa del país.

(6) Martín Tanaka dice lo contrario: "¿Por qué perdimos la guerra? Yo no creo que haya que rebuscar en explicaciones alambicadas y poco sustentadas sobre la constitución nacional de los países. Si bien soy sociólogo, creo que las explicaciones sociológicas deberían venir después de las militares, si y solo solo si es que resultan insuficientes. Creo que la explicación es simple: las fuerzas armadas chilenas eran más profesionales y estaban mejor equipadas, punto." En:

http://martintanaka.blogspot.com/2007/03/per-chile-y-los-legados-de-la-guerra.html

(7) Carlos contreras y Marcos Cueto. Historia del Perú Contemporáneo, p. 151

18.3.07

LA HEMIPLEJIA DE LA HISTORIA PERUANA

Ahora la historia en el Perú vive una situación de hemiplejia, por un lado se renueva con las investigaciones académicas que no paran de aparecer, por el otro lado es una historia enlatada que se aleja cada vez más del interés de la población. ¿Cómo es posible que se den estos extremos? La respuesta más fácil es el desinterés del Estado por la educación y esto implica el no reconocer la responsabilidad de los profesionales de la historia acerca de esta problemática.

Pensamos que lo importante no es que se impartan conocimientos sobre historia, sino es la manera como éstos deben ser enfocados. Mucha gente suele equivocarse al creer que la historia es un sólido bloque de hechos verdaderos, inalterables. Lo paradójico de lo que entendemos por historia es que no abarca toda la Historia del pasado, ni siquiera la Historia tal como fue. Por eso, la historia que conocemos hay que escribirla con “h” chiquita; no hay que inflarla demasiado porque en otras ocasiones ya ha reventado.

No hay que perder de vista que la historia está basada en interpretaciones las cuales son creadas por los historiadores y que son adoptadas e incluso transformadas por el imaginario popular. Creemos que tras cada interpretación existe una mentalidad propia de un contexto social determinado y de un tiempo histórico específico. Estas interpretaciones no están ajenas a las influencias políticas, religiosas y culturales. Mas bien, estos rasgos se constituyen en sus cimientos y, como tales, suelen ocultarse en el subsuelo de la teoría.

No debería asustarnos la ligazón entre la historia y la política porque ésta siempre ha estado presente en toda interpretación histórica. En el pasado el historiador solía ocultarse tras el escudo de la objetividad y pretendía con esto revestir a su hipótesis con un aura de verdad. Sin embargo la historia no está hecha de verdades sino de interpretaciones. Lo peligroso de la idea de objetividad es que pareciera llevar a la historia a la mediocridad absoluta.

Reconocemos que en la actualidad el calificativo de “político” resulta el más conveniente si se quiere disminuir el valor académico de una hipótesis. Contra esto afirmamos que el trabajo del historiador responde a las características de la sociedad en que está inmerso, lo cual ineludiblemente compromete las propias subjetividades de cada investigador de la historia. Por esto afirmamos que es una hipocresía plantear que el quehacer del historiador puede estar totalmente libre de un bagaje ideológico; la cuestión radica en tener esto presente para evitar que termine viciando la investigación.

Como acción concreta planteamos la necesidad de una vinculación entre los historiadores y la enseñanza de la historia en los colegios. Porque de esta manera se reavivaría el interés de los alumnos en la materia, buscando que la entiendan como algo cercano a su realidad social y a su pasado. Para ello, el aprendizaje de la historia debe ser un proceso activo, donde el alumno plantee sus propias inquietudes ya que es indispensable para ellos tener una postura crítica respecto a la historia que les permita recrear su identidad política, cultural y social.

AHORA es cuando creemos necesario abrir el debate y plantear estas inquietudes que interpelen a la historia para que rompa su silencio en nuestra sociedad. El nombre AHORA plantea la inmediatez de la acción de eliminar el abismo entre la historia que se debate en el mundo académico y la historia que se enseña en el colegio, así como también nos refiere a la influencia del presente en las interpretaciones del pasado. La Asociación Histórica Orientada a la Realidad Americana plantea que la historia no es una cuestión limitada por nacionalidades y fronteras sino que más bien requiere un debate abierto, sincero e interdisciplinario.


18 de Octubre del 2006
Asociación Histórica Orientada a la Realidad Americana
AHORA

16.3.07

Cuerpo Desnudo y Fotografía Disidente: A Propósito de Jan Saudek*

* Por Edgar Villegas Vásquez


I

Desde su creación en 1839 a través de la daguerrotipia, la fotografía ha sido una herramienta que ha permitido ingresar al espacio humano y a su contexto, todo esto a través de la metáfora del lente. La mecánica de circulación de representaciones
[1] entre los individuos sin embargo, siempre ha estado expuesta al filtro de la prohibición - al menos más intensamente- en el occidente de los dos últimos siglos, y por ello mismo ubicar a la fotografía en el lugar que le corresponde se vuelve una tarea compleja, sobre todo si entendemos que esta desde la versatilidad de géneros que posee siempre es susceptible de ingresar a las esferas de censura y de control desde el poder.

La característica principal en la historia de los conflictos del siglo XX, es que la guerra moderna al menos desde la conflagración de 1914 – 18 no podrá desligarse del peso de los aparatos de propaganda, debido al potencial psicológico que estos representan para que la población pueda ver al enemigo como un “otro”, muchas veces a costa de distorsionar la imagen de este último respecto a la realidad. Después de la Segunda Guerra Mundial y del nacimiento de la bipolaridad del mundo post 50s de la Guerra Fría los territorios de la imagen y la propaganda experimentarán una nueva dinámica diferente a épocas anteriores, en la que la verdadera amenaza del enemigo no yace tanto en la agresión militar como en la colonización del cuerpo y de la mente a través de la ideología político – económica que este representa.

El enemigo ya no será un ente concreto, corpóreo como lo fue en las dos guerras mundiales, sino pasará a ser un ente abstracto, una práctica opuesta al modelo del estado del mundo de la Guerra Fría, traducido en la pugna de los modelos ideológicos capitalista – comunista y que puede transmitirse en la población civil bajo el rótulo de la disidencia. Basta dar una mirada a las cacerías de brujas representadas en los supuestos opositores tanto pro comunistas como pro capitalistas en las eras Macarthy así como Kruschev en los EEUU y en la URSS respectivamente, para tener uno de los ejemplos más resaltantes de las pugnas ideológicas que marcaban las paranoias del mundo de comienzos de la segunda mitad del siglo XX.


II

Al colaborar con Phillippe Ariès en la Historia de la Vida Privada, Alain Corbin señala que el equilibrio que yace entre el mundo público y privado de los individuos es por si precario, esto se debe a que ambos espacios se hallan siempre reformulados por la teoría política. Y es que la transformación a la que la mirada política somete al cuerpo termina reinventando el mundo a que el sujeto puede llegar a acceder, a veces llegando al extremo de restringirlo, apartarlo o alterizarlo. Muchas veces la cámara se presta con lo anterior a servir como una herramienta, que apropiada desde el poder permite invadir los cotos asociados a la identidad o a la privacidad, mermando la capacidad expresión de los sujetos desde la vigilancia o la censura.

La experiencia de los fotógrafos checos que su país haya sido geopolíticamente escenario de dos guerras mundiales, y que tengan que soportar la ocupación de más de 50 años de los Nazis y los Comunistas Rusos ha determinado que la corriente fotográfica checoslovaca sea especialmente fuerte en el mundo. En 1939, ocurrida la ocupación alemana, manifestaciones como el arte o la fotografía documental y de reportajes fueron absorbidas por la propaganda Nazi debido a que estos últimos entendían el valor de controlar los mecanismos de difusión de la imagen; la fotografía checa de vanguardia sin embargo tuvo un tratamiento diferente, debido a la experimentación que caracterizaba esta sobre todo relacionándola con la exploración del cuerpo fue considerada como degenerada por los alemanes, este fenómeno forzó a que muchos artistas tuvieran que trabajar escondidos. Posterior al golpe que traería a los comunistas al poder a Checoslovaquia en 1947 – 48 las cosas habrían de empeorar, las casas publicitarias serían clausuradas, los estudios fotográficos expropiados y hasta los mismos archivos serían rebuscados - y en algunos casos-, destruidos. La influencia rusa fue más fuerte que la alemana, debido a que a partir de la expropiación de estudios y de material fotográfico a los fotógrafos checos buscó capitalizar desde el estado el modelo de producción de la imagen al punto de sólo permitir aquella que fuera favorable a su modelo político.

Como fotógrafo Jan Saudek parte de ambas influencias políticas. Nacido en 1935, pudo presenciar los horrores de la guerra confinado a un campo de concentración para niños debido a sus orígenes judios, y al haber optado por el medio fotográfico una vez ya mayor habría de experimentar la censura fotográfica posterior a la ocupación rusa. Así como otros fotógrafos de vanguardia en su país habría de enfrentar a la censura desde la experimentación en espacios underground como un mecanismo de respuesta a la prohibición, alternando con múltiples técnicas entre las del blanco y negro junto con las del color, para optar como la más representativa de su estilo a la imagen blanco y negro posteriormente pintada a mano, asemejando una remembranza de la antigua fotografía del siglo XIX.

Saudek ha señalado en entrevistas que uno de los mecanismos de contestación a la censura en tiempos de la ocupación comunista de Checoslovaquia se dio desde el cuerpo desnudo a través de la fotografía, en un proceso en el que participaban fotógrafos junto con modelos como unidades duales. Esta relación más simétrica entre fotógrafo y modelo representada por la comunidad en el mecanismo de respuesta a la prohibición, diluiría la típica relación de apropiación que el acto mecánico de disparar la cámara inflinge al objeto o sujeto fotografiado común, anulando parte de la relación de dominio que el uso de la cámara plantea sobre la realidad que registra.

A través de las fotografías de Saudek desfilan amigas, esposas, amantes, niños, y hasta él mismo ante el lente, en combinaciones que nos permiten comprender parte de la historia de la respuesta a la censura por los fotógrafos checoslovacos desde parte de la experiencia personal del propio fotógrafo. Sus imágenes - que a decir de Richard Pitnick experimentan la oscuridad de los afectos - cubren un itinerario que va desde el voyeurismo, la sexualidad, la violencia y la libertad, volviéndose un discurso disidente que se reapropia del cuerpo censurado por la política, reinterpretándolo como estrategia a la prohibición y en donde la clandestinidad del acto fotográfico es parte de la retórica del mensaje, así como elemento instituyente del valor documental de cada fotografía.

III

Una de las características por las que atraviesa el diseño de la corporalidad en el nuevo siglo es que desde el interludio que va de la caída del muro de Berlín en 1989 y los sucesos del 11 – S en el World Trade Center, la nueva retórica de la iconografía corporal que se gesta en el imaginario de la sociedad globalizada se mueve a partir de tres ejes con más intensidad que nunca: los de la política, la medicina y el mercado. A diferencia del siglo XIX en el que los dos primeros eran los únicos que tenían la potestad de crear y redefinir el cuerpo, hoy en día en el mundo global el primero actúa como la máscara de los otros dos.

Si un día se busca hacer una historia de la fotografía como lenguaje de respuesta a las presiones que emanan de los mecanismos de poder, no podrá evitarse el que esta historia trate las respuestas de las vanguardias en los países del mundo en las que han existido. Las vanguardias son por respuesta anti establishment, y tal vez en ello radica la riqueza que ofrecen a los historiadores cuando se relacionan por oposición con regímenes políticos, permitiéndoles definir un contexto, una época, a través de relaciones de oposición. Ejemplo de ello es el caso de los fotógrafos checos de vanguardia por 50 años hasta 1989, y entre ellos como muchos otros el de Jan saudek.


Biblografía e Imágenes:

Foucault, Michel de: El orden del discurso. Buenos Aires: Imprenta de los Buenos Aires, 1992.

Pitnick, Richard. Photography in Praga: present day vitality rest on rich tradition en: B & W: Black and White Magazine for Colectors of Fine Photography. March 2007 (26 - 41).

Jan Saudek. Köln: Taschen, 1998

[1] Entiendo representaciones como la forma en que los individuos crean su propia lógica de interpretar el mundo y de actuar a través de este a través de la creación de productos culturales diversos. Dicho fenómeno se da en dos campos: el individual y/o el colectivo, ambos sometidos, tanto a constante interacción como tensión entre ellos
Las imágenes:
Primera: The Photographer as Jesus, 1973
Segunda: Green Eyes of Petra, 1991
Tercera: Catching The Breeze, 1971
Cuarta: Agnes, 1973

14.3.07

Pizarro, el bombardero de los Andes (parte II)


Me imagino que cuarenta años atrás se hubiera armado una broncaza entre hispanistas e indigenistas, con heridos y contusos aunque sea de papel.

¿Por qué hoy a la mayoría de limeños el asunto no le interesó, más allá de lo episódico?

Sin duda que, desde esa época, hasta hoy, mucha agua ha corrido por el venerable Rímac. La capital se ha transformado luego de sucesivas migraciones provincianas, en un proceso anunciado por sociólogos como Aníbal Quijano y José Matos Mar, entre otros. Una explicación, en otras palabras, sería que Lima y sus habitantes no se sienten ya representados en un monumento que por otra parte no era muy antiguo sino instalado recién en 1935, cuando la oligarquía agroexportadora se sentía la reina del país.

Cabe otra hipótesis, sin embargo, menos tranquilizante. Que Lima es hoy una ciudad menos integrada que en el pasado.

En efecto, es para pensar que el acto de Castañeda haya quedado en su fase destructiva: más importante fue volar la estatua que reemplazarla por un personaje o personajes considerados representativos. En ese sentido, la indiferencia de la ciudad no sería tanto frente a Pizarro como frente a los espacios públicos en general, comenzando por su plaza céntrica.

Desde este punto de vista, la ciudad contemporánea aparece menos integrada que la ciudad colonial. Algo que no debe olvidarse es que la capital virreinal era una ciudad pequeña, casi provinciana, donde españoles, mulatos y nativos se encontraban frecuentemente en la plaza de armas, el mercado capitalino; en las quintas y mansiones, donde vivían juntos; en las jaranas, donde el personaje del faite representa esta interacción social, justamente porque el temor o el deseo de ser confundidos unos con otros eran mínimos. Esta situación parece contrastar con la Lima de hoy, donde la movilidad social, tanto para arriba como para abajo, es más notoria y la necesidad de discriminar, por ello, se vuelve en ocasiones más apremiante.

Al escribir este post no trato de idealizar la colonia, sino de reflexionar sobre cierto tipo de historia "progresista" que explica los problemas actuales por causas remotas y que, finalmente, resulta condescendiente: con el presente.

Imagen: Juan Mauricio Rugendas, 1843. La plaza mayor de Lima.

10.3.07

Pero, si la Fiesta Recién Empieza… ¡¡¡AHORA!!!

Por: Edgar Villegas

Nos dijeron que la historia era la ciencia del tiempo, y también que el sirviente de ella es el historiador, quien se vuelve aquel relojero que fija - ya sea sincrónica o diacrónicamente- que es lo que ingresa o no en lo historiable.

Tal vez por el amor que le tuve a la historia desde niño - o tal vez por aquel recelo que nos trae la culpa de saber si actuamos bien en el momento que nos ha tocado existir en la tierra -, me di cuenta que lo anterior era y no era cierto. La memoria es una arte y al mismo tiempo una treta para el humano, pues por más que este haya llegado a la perfección tecnológica, aún sus sistemas de registro son inútiles para captar toda la realidad, muy a pesar de la llegada del mundo digital, las pequeñas nanocámaras, o por último de aquellos celulares con capacidad de fotografiar y filmar que yacen dentro de los bolsillos de algunos de nosotros, esperando el momento de apuntar y disparar, guardando un trozo de aquello que nos acontece.

Si la relación de selección sobre “que” es lo que recordamos, es ya difícil para el individuo común y corriente, lo es más para el historiador debido a que este debe integrar pequeños fragmentos de hechos que a la larga se volverán un mosaico de la realidad. Pero ¿Los historiadores han recordado de integrar todas las partes en NUESTRA historia, o reconocer la historia de NUESTROS grupos más representativos con el fin de democratizar verdaderamente NUESTRA memoria colectiva? (Tomo este NUESTRA de pUKAullaCHA).

Una simple revisión a la pregunta anterior nos permite contestarla en forma negativa: Aún a la historia le falta mucho para ser verdaderamente colectiva, y esta en parte discurre entre la coexistencia de memorias fracturadas con espacios sin memoria de aquello que somos, así como que fuimos.

Concuerdo con El Cantante en que muchas veces nadie nos puede decir que es lo leíble y lo no leíble en la historia a diferencia de lo que pasa con la literatura, pero es necesario hacer el esfuerzo para separar lo que vale de lo biodegradable. La historia se degrada por la ausencia de diálogo - como bien dice marcayuq-, y ya a título personal también porque se estereotipa, porque no tiende puentes y se va tornando bidimensional, sosa, y hasta fotográfica (con el perdón de la fotografía y los fotógrafos).

Pues la historia incluye en la memoria pero no es la ciencia absoluta de ella, porque muestra y no se apropia de la realidad, porque interpreta y no congela el tiempo, y por último por que es una herramienta para conocer nuestro pasado, pero ello no la aleja del presente y de nuestra vida cotidiana, de nuestro ahora…




8.3.07

*h_i_s_t_o_r_i_a*

Por: Paula Benites


......la historia, la historia, la historia??????......era de esas preguntas q se te vienen cuando uno esta en el colegio aburrido, mirando al profesor cómo hace sus cuadros para enseñarnos las etapas de la historia pre-hispánica; es oir al profe decir un monton de números (osea fechas) q a veces ni te acordabas, o era ver transitar un mapa del Perú cada vez más anoréxico..........
..por cosas de la vida, más q nada intereses, uno se va acercando más a la historia sin q uno se de cuenta....el hecho de entrar a formar parte, de a pocos, de TÚ realidad, hace q mires a tus costados y veas q hay alrededor de ti...eso tbn es una de las cosas q aprendes con una amiga ciencia de la historia: la antropología....
sin embargo, una de las cosas q aprendí en el transitar de los días cotidianos y no cotidianos, es q la historia se va haciendo cada día...sin embargo, eso podría entenderse como el ahora (lo q uno vive en la actualidad)..pero q pasa con todo aquello q pasó, q se "dejó" atrás...esa historia de la cual muuuuchos se kedan dormidos en las clases, esa historia de la cual muuchos se olvidan???.....
esa historia como siempre digo, y de hecho lo han escuchado en sus días de colegio y de universidad,...esa historia es la q nos muestra ESTA realidad, es todo aquello por lo cual se pasó para poder llegar hasta donde nos encontramos (sea bueno, sea malo, sea lo q sea).....por lo tanto, conciencia histórica enseñada??..kizás sí...pero tbn debe ser una conciencia histórica comprometida y asimilada por cada uno de nosotros con la finalidad de saber qué estamos haciendo con todo aquello q tenemos en nuestras manos.......
la historia me enseñó eso....me enseñó el mirar a todos y a todo lo q vino detrás de toda mi realidad...y q no suene utópico!!....pero la historia es un componente q aviva el vernos a nosotros mismos como lo q somos y, con lo q nos hace ver a los demás......
empezemos a ver nuestra historia y NUESTRA historia..........
q historia tienes tú?????..puedes empezar con eso.......



*Foto mía!!!!!......Pueblo de Yanamarca-Junín 2005

3.3.07

Pizarro, el bombardero de los Andes (parte I)

Por: José Luis Igue

Ya van casi cuatro años desde que el popular alcalde de Lima Luis Castañeda Lossio hizo remover la estatua ecuestre del conquistador Francisco Pizarro. Como sabemos, el monumento se hallaba en una plazuela al costado del palacio de gobierno, entre pollerías, quioscos y otros locales que componen esa esquina de la plaza de armas. El hecho es que el asunto se perdió en la anécdota. En general la reacción de la gente fue tan discreta como el propio retiro del monumento, efectuado en un horario clandestino. Esta vez, como toda vez que se discuten asuntos de cierto interés en términos de identidad, los historiadores fuimos llamados a dar una opinión, lo que no quiere decir que la hayamos dado.

Mientras la estatua ha ido mudando de sitio su paradero inicial era desconocido hasta que apareció en un canchón municipal, y finalmente recaló en el nuevo Parque de la Murallahe ido en mi tiempo ocioso entreteniendo algunas reflexiones sobre esta cuestión.

Algo que me sorprendió inicialmente fue la noticia misma: o sea, que no fuera anunciada. ¿David Copperfield en la ciudad de los Reyes? ¿Pizarro se quitó al ver en qué convertimos la ciudad? Cualquiera fuere el caso, la cuestión es que al día siguiente la estatua simplemente ya no estaba ahí. ¿No se trata, acaso, de un gesto autoritario? Esta lógica de los hechos antes que las palabras parece ser recurrente en los populismos; como que trasluce la voluntad de silenciar las opiniones contrarias en el grito o el silencio mismo de la mayoría. El acto precedió a su discusión (en realidad, no hubo discusión).

Hay pues una tremenda ironía en el asunto, y es que Castañeda desea borrar un símbolo del colonialismo recurriendo a un gesto bastante colonial, como es el paternalismo. Toda una idea de la historia: el abuso, la violencia, el autoritarismo parecen residir más en los pedazos de bronce que en las acciones que realizamos.

En ese sentido, creo que existe un tipo de historia o idea de la historia que dificulta pensar en el presente, que trauma. Este es un primer punto de mi reflexión que quisiera relacionarlo con otro en un siguiente post. Por ahora ya estuvo bueno de cháchara.

Imagen: Pizarro mirando hacia la cordillera, en el flamante Parque de la Muralla.