27.1.08

Los dilemas de una izquierda ausente

Por: Héctor Huerto Vizcarra

Mientras que en buena parte de los países de Latinoamérica se pueden encontrar partidos políticos de izquierda con cierta fuerza política, en el Perú esto es casi una utopía. Los partidos de izquierda en el Perú carecen de una fuerza política real desde la década de los 90’s. Las causas de ello escapan a este análisis, sin embargo, hay que señalar que en la década pasada más que hablar de una crisis de partidos políticos en general, se tiene que hablar de una crisis de los partidos de izquierda.

Esta ausencia política de la izquierda peruana se hace visible si se analizan los últimos resultados electorales. En las últimas elecciones generales del 2006, la votación sumada de los partidos de izquierda para el Congreso (Partido Socialista y Movimiento Nueva Izquierda) no alcanzó ni el 3% de la votación nacional. Demás está decir que no tienen representantes en el Poder Legislativo actual. Además sus votaciones para las elecciones presidenciales son mucho peores: 0.4% para el Partido Socialista (PS) y 0.2% para el Movimiento Nueva Izquierda (MNI). No hay que pensar siquiera en la posibilidad cercana de un gobierno de izquierda, al menos si las condiciones políticas actuales se mantienen en el país.

Este panorama desolador no cambió mucho en las elecciones regionales y municipales del 2006, aunque hubo excepciones notables. La izquierda peruana logró vencer en dos de las 25 regiones: en Pasco el MNI y en Huánuco mediante el Frente Amplio Regional. También, ambos partidos de izquierda vencieron en varios distritos a nivel nacional, aunque estas victorias parecieran más ser fruto de coyunturas políticas particulares y no de trabajos políticos permanentes en dichas zonas.

Así, se puede decir, que la izquierda peruana se debate entre su extinción o su fosilización. Las principales preocupaciones de esta izquierda no pasan por la revolución social o la toma del poder sino por su sobrevivencia. Sin embargo, estas dos agrupaciones no son los únicos representantes de una izquierda que desde los 70’s siempre se ha caracterizado por su dispersión. Existen otras viejas y nuevas organizaciones, ubicadas en la periferia del sistema político, que realizan diversos trabajos de base. Aún así, su incidencia política es pobre o marginal.

Frente a esta perspectiva, si la izquierda peruana quiere convertirse en una opción real de poder político debe abordar ciertas cuestiones peliagudas, tanto en el plano ideológico como en el práctico.

En el plano ideológico, la izquierda peruana debe debatir si la violencia es aún una opción legítima para la toma del poder político. Tiene que exorcizar las sombras y temores que la experiencia de la guerra civil peruana de los 80’s y el accionar de Sendero Luminoso dejó en la población, e ir más allá de una retórica meramente circunstancial o electoral. Su apoyo al sistema democrático tiene que ir de la mano con una reconceptualización ideológica que cuestione los conceptos de revolución, dictadura del proletariado, proletariado, vanguardia, lucha de clases, y partido, entre otros.

En términos prácticos, la izquierda peruana no puede continuar tan dispersa, tiene que optar por la unificación de fuerzas. Además tiene que encontrar objetivos políticos que la diferencien del resto de organizaciones políticas. Asimismo, debe fortalecer su estructura partidaria enfocada en un trabajo de bases constante y no meramente electoral. Todo ello tiene que venir de la mano con una importante renovación dirigencial en términos generacionales. Por último, la izquierda peruana tiene que levantar banderas de lucha que tradicionalmente no han sido tomadas en cuenta, como es la lucha por los derechos de los homosexuales, la defensa de la ecología, y el cuestionamiento de una identidad nacional basada en el racismo y la exclusión.

No se sabe a ciencia cierta si los partidos de izquierda se convertirán en las piezas de museo de cada elección nacional, pero es su derrotero más probable si no se producen cambios importantes en su dirigencia, en su forma de organización y en sus planteamientos ideológicos.