22.3.09

The Watchmen: Imaginarios y Delusiones*




* Por Edgar Villegas Vásquez

I Grupos de linchamiento, imágenes y Wrestlers:
Una mirada rápida a la historia estadounidense nos dice que por lo menos, hasta la primera mitad del siglo XX era insoslayable la presencia de mecanismos de justicia paralela a los del Estado. Estos pueden rastrearse desde muchas maneras: La presencia de milicianos en la Guerra de Rebelión de las XIII Colonias de Inglaterra; los llamados “Grupos de linchamiento”, aparecidos desde la Guerra Civil Norteamericana – pero tristemente célebres-, desde el proceso de conquista del Oeste Norteamericano y dirigidos a los forajidos, o aquellos conocidos como outlaws.
Una vez apagada la guerra civil, los mismos grupos se inmortalizaron en las tomas de justicia colectiva que aparecen en los Estados Unidos a través de los miembros de K.K.K. (O Ku – Klux - Klan), que operaron mayormente en los estados sureños como un mecanismo para mantener de una forma artificial el status quo de los blancos, descendientes de hacendados y otros personajes, empobrecidos por el conflicto de Secesión, el Klan dura hasta entrada la primera mitad del siglo XX.
Vuelvo a poner la misma fotografía de la primera formación de Watchmen, pues ellos se denominan en los 40´s Milicianos. Con y como los diversos grupos de justicia paralela han tomado identidades prestadas, unas que les permita encubrir la propia en la forma de un discurso de autoafirmación a partir de un yo – ficción: El Capitán Metrópolis, El Comediante, Silver Spectre, Nite Owl, Silhouette, Mothman, Dollar Bill o Hooded Justice, continúan siendo un portal paralelo, pues siguen teniendo reminiscencias, o son un reflejo histórico con lo que fueron los antiguos grupos de linchamiento fundados en el siglo XIX. La fotografía guarda similitudes con un grupo de peleadores de Catch as Can. La única parte de la historia que cambia es que nos hallamos en los años 40, durante la segunda conflagración mundial y entre el nuevo paquete de reglas del New Deal posterior a la primera depresión económica norteamericana; el mundo de estos vigilantes esta por derretirse, por las mismas razones que marcan la temática de cambio de la democracia norteamericana a partir de los cambios que surgen en su conteo de cifras de actores políticos.

II American Dreams que se diluyen, y nuevos mapas de ciudadanías:
El némesis de los primeros Watchmen es el mismo American Dream que ellos trataron de defender; pero la fórmula esta vez ya no es acabar con gangsters o con bandas armadas como al inicio, simplemente los miembros de esta primera formación se diluyen entre flashes de magnesio con sus amantes, en una fotografía forense; baleados – pues ante todo son humanos-; vetados entre el surgimiento de los derechos de grupos homosexuales y activistas políticos después de la guerra; o por último a través de las pulsiones de rechazo que otros grupos de actores les manifiestan, buscando su proscripción, como si el ser un vigilante a cielo abierto ya contara con la censura de la opinión pública de los sesentas y setentas. Posiblemente, este último es el detalle por el que Samuel Huntington es tan recordado, al haber predicho la ampliación vertiginosa del mapa político de actores estadounidense, empezando por grupos como estudiantes, los afroamericanos y las feministas en los sesenta.
La primera generación de vigilantes es de seres comunes y corrientes; únicamente aquellos que sobreviven y continúan en el juego – con nuevos cambios en el imaginario político-, son aquellos que deben ganarse la vida de otra forma. Esa es la razón por la que se ve que el asesino de Kennedy en el célebre Fort Worth Turnpike, no es Lee Harvey Oswald, sino que lo es El Comediante; pero su ejemplo no es el único, otros Watchmen después de los cambios del cincuenta y la llegada de la era de la fisión y del agua pesada (en otras palabras, de la guerra nuclear) en el mundo llamado Bipolar, deberán trabajar derrocando repúblicas marxistas, en lo que hoy en día los analistas internacionales llamarían “Estados Fallidos”.

III Para finalizar: Imaginarios de sustitución:
La era Nixon es la resultante del macartismo en la política norteamericana de la post guerra mundial y los cincuenta; sin embargo en The Watchmen, la película y el comic muestran imágenes de derrota del comunismo desde el territorio de la ficción, más no desde la historia – esta última acompaña con sus datos toda la película como un meta - relato-: Un ejemplo de ficción es la rendición del ejército de Vietnam del Norte a El Comediante y al Dr. Manhattan (El único héroe de la segunda formación de Vigilantes que tiene poderes sobrenaturales, relacionados al control del tiempo, y la materia atómica). Otro detalle, es que los nuevos vigilantes se dedican a controlar la expansión de conflictos relacionados a derechos civiles entre los sesentas y setentas, es decir se dedican a una labor policial antimotines, o por otro lado regulan la aparición de escándalos políticos con objeto de mantener controlada a la opinión pública estadounidense, (Caso de una de las apariciones de Roschard).
En este detalle radicaría la fuerza de Vigilantes: El juego de palabras y realidades entre imaginarios políticos con la ficción y realidad; es por ello que la película se vuelve interesante, y tiene múltiples lecturas. Estos héroes son más humanos que héroes: sudan, sangran, sufren, se arrepienten y se contradicen en sus propios discursos, se sienten utilizados. Como dije en el adelanto, es una película recomendable, y si la ves en el cine, lector o lectora, amigo o amiga de AHORA, hallarás muchas más cosas y conjeturas, más que las pequeñas reflexiones que ves acá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

necesidad de comprobar:)