Por: Marco Antonio Merino
En la primera parte de éste artículo nos preguntábamos si podíamos explicar el presente por el pasado, y concluíamos que el estudioso o el historiador no puede explicar el presente por el pasado en una relación determinista o de causa y efecto; porque su principal tarea será describir, lo más objetivamente, el pasado, y a lo sumo ensayara comprender e interpretar la estructura, la coyuntura o el acontecimiento histórico.
Después de esta primera respuesta nos preguntamos ¿Existe una identidad peruana? Para la realidad tan compleja -heterogénea, diversa y dinámica- de Perú resulta difícil tener una visión global que abarque la totalidad; y mas bien convendría una visión sintética, como reunión de todas las partes de un conjunto que interactúan entre sí, para el caso peruano de un modo no tan armónico u ordenado, y que estas relaciones no cumplan un determinado objeto o finalidad. Los elementos de esta nueva visión provendrían desde los espacios más pequeños, como el pueblito o villorrio, hasta regiones y alianzas internacionales; los tiempos de larga, mediana y corta duración; los hombres y su hábitat, la sociedad, el Estado, la Constitución, el Gobierno, las instituciones, las leyes y normas, el territorio, la ciencia y tecnología, etc.
Como apreciaran aún es difícil ensayar una respuesta si no nos preguntamos antes: ¿Qué fuimos como nación? Y aquí surge un gran debate, al que el historiador Paulo Drinot sindica como la esquizofrenia que caracteriza la conciencia histórica peruana -“el área en que la memoria colectiva, la escritura de la historia, y otras maneras de idear imágenes del pasado en la mente pública convergen”[1]-, producto de que la mayoría de peruanos se ve expuesta a varias meta narrativas históricas siempre contradictorias y algo simplistas, una de estas como la que suscita nuestra imagen: nativista/hispanista; que tienen poco que ver con la historiografía que hoy en día producen historiadores tanto peruanos como extranjeros.
Nuestro autor se pregunta: ¿Existe una “identidad historiográfica peruana”? Y sugiere como respuesta que recién algo semejante a una identidad historiográfica está germinando. Señala que en las últimas décadas los historiadores han empezado a reescribir la historia peruana y a producir una versión del pasado que, al superar las antiguas versiones maniqueas que tendían a interpretar la realidad sobre la base de una visión dicotómica y excluyente, está proporcionando uno de los elementos claves para la construcción de una conciencia colectiva más justa e incluyente.
La nueva meta narrativa produciría una conciencia histórica que reconozca la heterogeneidad y diversidad que caracteriza al Perú; que ayude a los peruanos a interactuar con su pasado de una manera más creativa, sin dejar de tomar en cuenta las fuerzas convergentes y divergentes que han moldeado y siguen moldeando a la nación peruana. Está por verse si esta meta narrativa producirá un Perú mejor, más justo, equitativo, y próspero; y del que todos los peruanos nos sintamos identificados.
Después de esta primera respuesta nos preguntamos ¿Existe una identidad peruana? Para la realidad tan compleja -heterogénea, diversa y dinámica- de Perú resulta difícil tener una visión global que abarque la totalidad; y mas bien convendría una visión sintética, como reunión de todas las partes de un conjunto que interactúan entre sí, para el caso peruano de un modo no tan armónico u ordenado, y que estas relaciones no cumplan un determinado objeto o finalidad. Los elementos de esta nueva visión provendrían desde los espacios más pequeños, como el pueblito o villorrio, hasta regiones y alianzas internacionales; los tiempos de larga, mediana y corta duración; los hombres y su hábitat, la sociedad, el Estado, la Constitución, el Gobierno, las instituciones, las leyes y normas, el territorio, la ciencia y tecnología, etc.
Como apreciaran aún es difícil ensayar una respuesta si no nos preguntamos antes: ¿Qué fuimos como nación? Y aquí surge un gran debate, al que el historiador Paulo Drinot sindica como la esquizofrenia que caracteriza la conciencia histórica peruana -“el área en que la memoria colectiva, la escritura de la historia, y otras maneras de idear imágenes del pasado en la mente pública convergen”[1]-, producto de que la mayoría de peruanos se ve expuesta a varias meta narrativas históricas siempre contradictorias y algo simplistas, una de estas como la que suscita nuestra imagen: nativista/hispanista; que tienen poco que ver con la historiografía que hoy en día producen historiadores tanto peruanos como extranjeros.
Nuestro autor se pregunta: ¿Existe una “identidad historiográfica peruana”? Y sugiere como respuesta que recién algo semejante a una identidad historiográfica está germinando. Señala que en las últimas décadas los historiadores han empezado a reescribir la historia peruana y a producir una versión del pasado que, al superar las antiguas versiones maniqueas que tendían a interpretar la realidad sobre la base de una visión dicotómica y excluyente, está proporcionando uno de los elementos claves para la construcción de una conciencia colectiva más justa e incluyente.
La nueva meta narrativa produciría una conciencia histórica que reconozca la heterogeneidad y diversidad que caracteriza al Perú; que ayude a los peruanos a interactuar con su pasado de una manera más creativa, sin dejar de tomar en cuenta las fuerzas convergentes y divergentes que han moldeado y siguen moldeando a la nación peruana. Está por verse si esta meta narrativa producirá un Perú mejor, más justo, equitativo, y próspero; y del que todos los peruanos nos sintamos identificados.
[1] DRINOT, Paulo. Historiografía, Identidad Historiográfica y Conciencia. Histórica en el Perú Este ensayo se publicó originalmente, en inglés, en la revista Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe 15:1 (2004), pp. 65-88.
2 comentarios:
Interesante tema. Pero creo que estas mal desde el titulo, no existen 2 perues sino muchos perues. Creo que como dijo Twanana en una conferencia en el IEP que ya perdimos el tren de la formacion de la identidad nacional, y que deberiamos avocarnos mas bien al fortalicimiento de las identidades regionales. Aceptar que el Peru es un estado multinacional y que no necesitamos homogenizarnos para coexistir armonizamente.
Saludos.
Amazilia: Gracias por tu comentario y estoy de acuerdo. El titulo era para llamar la atención en que la idea de la nación homogenea va perdiendo fuerza y más bien se confirma la nación heterogenea. El no decir 24 perues no quiere decir que somos menos diversos. La de multinacional no la comparto tanto, ya recorrio mucha agua bajo el puente, y en la diversidad hermanos.
Nayib
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