Por: Héctor Huerto Vizcarra
Mientras que en buena parte de los países de Latinoamérica se pueden encontrar partidos políticos de izquierda con cierta fuerza política, en el Perú esto es casi una utopía. Los partidos de izquierda en el Perú carecen de una fuerza política real desde la década de los 90’s. Las causas de ello escapan a este análisis, sin embargo, hay que señalar que en la década pasada más que hablar de una crisis de partidos políticos en general, se tiene que hablar de una crisis de los partidos de izquierda.
Esta ausencia política de la izquierda peruana se hace visible si se analizan los últimos resultados electorales. En las últimas elecciones generales del 2006, la votación sumada de los partidos de izquierda para el Congreso (Partido Socialista y Movimiento Nueva Izquierda) no alcanzó ni el 3% de la votación nacional. Demás está decir que no tienen representantes en el Poder Legislativo actual. Además sus votaciones para las elecciones presidenciales son mucho peores: 0.4% para el Partido Socialista (PS) y 0.2% para el Movimiento Nueva Izquierda (MNI). No hay que pensar siquiera en la posibilidad cercana de un gobierno de izquierda, al menos si las condiciones políticas actuales se mantienen en el país.
Este panorama desolador no cambió mucho en las elecciones regionales y municipales del 2006, aunque hubo excepciones notables. La izquierda peruana logró vencer en dos de las 25 regiones: en Pasco el MNI y en Huánuco mediante el Frente Amplio Regional. También, ambos partidos de izquierda vencieron en varios distritos a nivel nacional, aunque estas victorias parecieran más ser fruto de coyunturas políticas particulares y no de trabajos políticos permanentes en dichas zonas.
Así, se puede decir, que la izquierda peruana se debate entre su extinción o su fosilización. Las principales preocupaciones de esta izquierda no pasan por la revolución social o la toma del poder sino por su sobrevivencia. Sin embargo, estas dos agrupaciones no son los únicos representantes de una izquierda que desde los 70’s siempre se ha caracterizado por su dispersión. Existen otras viejas y nuevas organizaciones, ubicadas en la periferia del sistema político, que realizan diversos trabajos de base. Aún así, su incidencia política es pobre o marginal.
Frente a esta perspectiva, si la izquierda peruana quiere convertirse en una opción real de poder político debe abordar ciertas cuestiones peliagudas, tanto en el plano ideológico como en el práctico.
En el plano ideológico, la izquierda peruana debe debatir si la violencia es aún una opción legítima para la toma del poder político. Tiene que exorcizar las sombras y temores que la experiencia de la guerra civil peruana de los 80’s y el accionar de Sendero Luminoso dejó en la población, e ir más allá de una retórica meramente circunstancial o electoral. Su apoyo al sistema democrático tiene que ir de la mano con una reconceptualización ideológica que cuestione los conceptos de revolución, dictadura del proletariado, proletariado, vanguardia, lucha de clases, y partido, entre otros.
En términos prácticos, la izquierda peruana no puede continuar tan dispersa, tiene que optar por la unificación de fuerzas. Además tiene que encontrar objetivos políticos que la diferencien del resto de organizaciones políticas. Asimismo, debe fortalecer su estructura partidaria enfocada en un trabajo de bases constante y no meramente electoral. Todo ello tiene que venir de la mano con una importante renovación dirigencial en términos generacionales. Por último, la izquierda peruana tiene que levantar banderas de lucha que tradicionalmente no han sido tomadas en cuenta, como es la lucha por los derechos de los homosexuales, la defensa de la ecología, y el cuestionamiento de una identidad nacional basada en el racismo y la exclusión.
No se sabe a ciencia cierta si los partidos de izquierda se convertirán en las piezas de museo de cada elección nacional, pero es su derrotero más probable si no se producen cambios importantes en su dirigencia, en su forma de organización y en sus planteamientos ideológicos.
Mientras que en buena parte de los países de Latinoamérica se pueden encontrar partidos políticos de izquierda con cierta fuerza política, en el Perú esto es casi una utopía. Los partidos de izquierda en el Perú carecen de una fuerza política real desde la década de los 90’s. Las causas de ello escapan a este análisis, sin embargo, hay que señalar que en la década pasada más que hablar de una crisis de partidos políticos en general, se tiene que hablar de una crisis de los partidos de izquierda.
Esta ausencia política de la izquierda peruana se hace visible si se analizan los últimos resultados electorales. En las últimas elecciones generales del 2006, la votación sumada de los partidos de izquierda para el Congreso (Partido Socialista y Movimiento Nueva Izquierda) no alcanzó ni el 3% de la votación nacional. Demás está decir que no tienen representantes en el Poder Legislativo actual. Además sus votaciones para las elecciones presidenciales son mucho peores: 0.4% para el Partido Socialista (PS) y 0.2% para el Movimiento Nueva Izquierda (MNI). No hay que pensar siquiera en la posibilidad cercana de un gobierno de izquierda, al menos si las condiciones políticas actuales se mantienen en el país.
Este panorama desolador no cambió mucho en las elecciones regionales y municipales del 2006, aunque hubo excepciones notables. La izquierda peruana logró vencer en dos de las 25 regiones: en Pasco el MNI y en Huánuco mediante el Frente Amplio Regional. También, ambos partidos de izquierda vencieron en varios distritos a nivel nacional, aunque estas victorias parecieran más ser fruto de coyunturas políticas particulares y no de trabajos políticos permanentes en dichas zonas.
Así, se puede decir, que la izquierda peruana se debate entre su extinción o su fosilización. Las principales preocupaciones de esta izquierda no pasan por la revolución social o la toma del poder sino por su sobrevivencia. Sin embargo, estas dos agrupaciones no son los únicos representantes de una izquierda que desde los 70’s siempre se ha caracterizado por su dispersión. Existen otras viejas y nuevas organizaciones, ubicadas en la periferia del sistema político, que realizan diversos trabajos de base. Aún así, su incidencia política es pobre o marginal.
Frente a esta perspectiva, si la izquierda peruana quiere convertirse en una opción real de poder político debe abordar ciertas cuestiones peliagudas, tanto en el plano ideológico como en el práctico.
En el plano ideológico, la izquierda peruana debe debatir si la violencia es aún una opción legítima para la toma del poder político. Tiene que exorcizar las sombras y temores que la experiencia de la guerra civil peruana de los 80’s y el accionar de Sendero Luminoso dejó en la población, e ir más allá de una retórica meramente circunstancial o electoral. Su apoyo al sistema democrático tiene que ir de la mano con una reconceptualización ideológica que cuestione los conceptos de revolución, dictadura del proletariado, proletariado, vanguardia, lucha de clases, y partido, entre otros.
En términos prácticos, la izquierda peruana no puede continuar tan dispersa, tiene que optar por la unificación de fuerzas. Además tiene que encontrar objetivos políticos que la diferencien del resto de organizaciones políticas. Asimismo, debe fortalecer su estructura partidaria enfocada en un trabajo de bases constante y no meramente electoral. Todo ello tiene que venir de la mano con una importante renovación dirigencial en términos generacionales. Por último, la izquierda peruana tiene que levantar banderas de lucha que tradicionalmente no han sido tomadas en cuenta, como es la lucha por los derechos de los homosexuales, la defensa de la ecología, y el cuestionamiento de una identidad nacional basada en el racismo y la exclusión.
No se sabe a ciencia cierta si los partidos de izquierda se convertirán en las piezas de museo de cada elección nacional, pero es su derrotero más probable si no se producen cambios importantes en su dirigencia, en su forma de organización y en sus planteamientos ideológicos.
9 comentarios:
"En el plano ideológico, la izquierda peruana debe debatir si la violencia es aún una opción legítima para la toma del poder político."
Ya poner eso como una opción es una estupidez, no digo tuya, sino de la izquierda. Debatir si se toma el poder por la fuerza? Dios mio, quien va a debatir eso? Lets, Diezcanseco? qUE RISA
Lo curioso mi estimado anonimo es que en algunos grupos juveniles de izquierda, aun eso no se ha descartado eso como una opcion. TAMPOCO es una coincidencia que los viejos partidos de izquierda no se pronuncien claramente sobre el tema
Si mencionas la palabra izquierda, está aún relacionada a violencia, si dices sendero, al rojo y el terror. Creo yo, como muchos de los que crecimos en esas épocas, no queremos fantasmas sangrientos atormentando un futuro en paz esperado por décadas. Y con lo que se refiere a ideologías, por favor! que partido tiene ideología??? y si la tienen, explíquenme por qué nunca he tenido conocimiento de ellas!
No creo que la primera adjetivizacion que se le puede dar a la izquierda es violencia, desde mi punto de vista es transformación.
En la actualidad no tenemos partidos politicos consolidados en la medida en que carecen de una ideología. Pero eso no siempre fue así. Se tuvo en los 70 y 80 una izquierda altamente ideologizada y el APra de los 30 a 60 se definia de acuerdo a los principios ideologicos que daba Haya de la Torre
Marcayuc si bien coincido con la crisis que atraviesa la izquierda, no podria decir que la suya fue de exclusividad en los 90. Fujimori tuvo una actitud antipoltica que proponia tratar directamente con "el pueblo" que devino en un descredito de la categoria politico, destruyendo ademas
el tejido social, instituciones, sindicatos destruyo a toda organizacion partidaria.
Por otro lado es verdad que la izquierda no ha hecho aun un balance profundo y critico de lo que significo los 80 y la violencia politica, que en algunos casos conto con una justificacion o tolerancia de su parte. Ademas como dices no se ha dado una nueva reflexion a raiz de los evidentes cambios actuales y lo que es peor como dices algunos grupos coquetean o sugieren las ideas de la violencia y un culto a la heroicidad que tambien necesita revisarse con urgencia.
¿guerra civil peruana?.......
Para entender la llamada crisis de los partidos politicos que a mi parecer es solo crisis de los partidos de izquierda hay que revisar los resultados electorales del 90 y los posteriores, asi como la recuperacion que logro obtener el Apra, mas no asi la izquierda. Evidentemente el discurso anti politico de fujimori ayudo a que todo el sistema de partidos colapsara, o en todo caso a que la crisis de representación de la izquierda se extendiera.
Anónimo. Exacto, guerra civil peruana. O para ti cuantos hombres alzados en armas necesitas para considerarlo una guerra civil, o aun crees que son abigeos?
Publicar un comentario